Opinión

Polémico Valle de los Caídos

El Monumento Nacional a los Caídos por España, del Patrimonio Nacional, se encuentra situado en el paraje conocido como valle de Cuelgamuros, en la vertiente meridional de la sierra de Guadarrama, perteneciente al municipio de San Lorenzo del Escorial, en la Comunidad de Madrid. Vuelve a ser noticia tras el polémico y discutido traslado del cadáver del antiguo dictador Francisco Franco.

Dejando aparte la conveniencia o no de su exhumación del interior de la basílica de la Santa Cruz, singular  monumento español construido por la iniciativa del general Franco entre los años 1944-1958, no deja de ser conflictivo igualmente el recinto de descanso eterno de aproximadamente cincuenta mil de los combatientes pertenecientes a ambos bandos caídos durante el período bélico conocido como Guerra Civil, que se encuentran depositados en el interior da tan singular construcción religiosa, bajo el amparo de la cruz más alta de la cristiandad, por las impresionantes dimensiones de la misma: 150 metros de altura, desde su base, 46,40 m. entre los extremos de los brazos, con un peso total de 181.720 toneladas.

El símbolo del cristianismo, construido en hormigón armado revestido de piedra, es perfectamente visible debido a sus grandes dimensiones, en días claros, tanto desde la capital de España, por el viajero que se aleja o se adentra en la Comunidad de Madrid, a través de la AP 6, o mediante la carretera nacional VI que comunica la capital del reino con A Coruña. Pero no solo se debe valorar la arquitectura faraónica del monumento sino, por otra parte, aquellas otras importantes obras de singular valor artístico que ennoblecen al recinto como la inmensa escultura de la “Piedad” esculpida en piedra negra extraída de las canteras de Calatora, en Zaragoza, por el escultor extremeño Juan de Ávalos, situada sobre el frontispicio de entrada a la basílica, de un peso aproximado comprendido entre las 120 y 150 toneladas; o las gigantescas figuras de los cuatro evangelistas situados en el primer basamento de la cruz y las cuatro restantes Virtudes Cardinales del segundo.

El Valle de los Caídos, su basílica, abadía y entorno natural constituye, para todos los españoles, un monumento singular digno de conservación y respeto independientemente de la valoración simbólica o sentimental que se le quiera dar, por lo que su costosa y complicada conservación implica a cualquier Gobierno de turno, independientemente de su simpatía o  ideología política. 

Por último, una acertada iluminación, debidamente lograda al estilo de la famosa Torre Eiffel, resaltaría aún más la capacidad de atracción turística del monumento, ya de por sí numerosa, por tratarse de una de las más grandiosas construcciones de mediados del siglo pasado.

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