Opinión

Jueves Santo

Con el Jueves Santo la Iglesia comienza el Triduo Pascual y es así como el contexto de todas las lecturas de este día tan solemne es pascual. En la primera lectura, tomada del libro del Éxodo, se nos recuerda la Pascua judía en la que se evocan tres acontecimientos: la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto; el nacimiento de Israel como pueblo dueño de sus destinos; la intervención manifiesta de Yahvé a favor de Israel.

San Pablo, en la segunda lectura, haciéndose eco de una tradición que procede del Señor, nos habla de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Una cena en el contexto de la celebración de la Pascua judía. En el cenáculo el Señor pronunció las palabras sagradas de la institución de la Eucaristía. Este lugar es también la cuna del Sacerdocio ministerial: “Haced esto en memoria mía”. Con estas palabras el Cristo no solo señala el acto, sino también el sujeto llamado a actuar, es decir, instituye el Sacerdocio ministerial.

El Evangelio nos sitúa en un entorno similar: “Antes de la fiesta de Pascua”. El evangelista desea subrayar el acto de amor inconmensurable que significa la entrega de Jesús que, “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. Él es consciente de que ha llegado la ‘hora’ de su Pascua, de su paso de este mundo, en que ha sembrado a manos llenas su mensaje y ha curado toda enfermedad y dolencia, a la casa de su Padre. Su vida entera ha sido un vivir abrasándose en la hoguera del amor al Padre y a los hombres. El amor ha sido siempre el alma de su vida. Se trata de un amor ‘hasta el extremo’. Y en este contexto de entrega total, nos deja el Mandamiento Nuevo: “Que como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros”. Jueves Santo es, por tanto, el día de la institución de la Eucaristía, del Sacerdocio ministerial y del Mandamiento Nuevo.

Tres legados que en tan solemne día deja al mundo para que, siendo seguidores de su mensaje resumido en las Bienaventuranza ese mundo por el que padeció y murió sea capaz de llegar feliz a la Pascua, la paz y la suma alegría.

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