Opinión

Justicia y unidad

Del 18 al 25 de enero, la familia cristiana celebra el octavario de oración por la unidad de los cristianos y este año lo hace bajo este lema: “Actúa siempre con toda justicia”. El texto bíblico está tomado del llamado código deuteronómico (Dt. 16,18-20). Se trata de una recopilación de leyes sobre el culto y la defensa de la fe en Dios contra la idolatría; y también de leyes sobre el buen gobierno y la defensa de la vida. Una lectura atenta del texto impulsa a crear unidad y promover concordia y reconciliación. Actualmente vivimos en sociedades plurales y complejas en las que es difícil la convivencia. Los cristianos, aunque todavía no hayamos logrado la unidad visible de la Iglesia que es don de Dios y meta del ecumenismo, sí que podemos colaborar juntos en la edificación de un mundo más justo y unido. Sin duda, la búsqueda de la justicia acompaña el camino de la unidad.

La historia de la salvación – tanto la de la humanidad entera como la de cualquier época- es la historia admirable de la reconciliación: aquella por la que Dios, que es Padre, reconcilia al mundo consigo en la Sangre y en la Cruz de su Hijo hecho hombre, engendrando de este modo una nueva familia de reconciliados. En cada una de las palmas de las manos que aparecen en el cartel de este año aparece muy destacada la cruz, conscientes de que las injusticias son causa de división. Como cristianos creemos en el poder de Cristo para perdonarnos. Nos encontramos unidos bajo la cruz de Cristo. 

El objetivo del movimiento ecuménico es la unidad de la Iglesia. Se trata de trabajar con el máximo empeño en el restablecimiento de la unidad plena y visible de todos los discípulos de Cristo. Sobre todo, desde el concilio Vaticano II hasta hoy, se ha avanzado bastante en el camino hacia la plena comunión entre los cristianos. Se puede afirmar que el silencio se ha transformado en palabra y gesto de comunión. Se ha redescubierto y restablecido la fraternidad entre todos los cristianos como condición de diálogo, de cooperación, de oración común y de solidaridad. Pero es necesario seguir avanzando con decisión por la senda difícil del diálogo doctrinal aspecto imprescindible del ecumenismo. 

La búsqueda de la unidad de los cristianos es anhelo que mantener vivo y plegaria que hay que alimentar. Esta búsqueda tiene la mirada fija en Jesús que dio su vida para que hubiera ‘un solo rebaño, un solo pastor’ y que oró: ‘que todos sean uno’. La oración por la unidad de todos los cristianos es el alma del movimiento ecuménico. Todos los esfuerzos en pro de la unidad resultarían infructuosos, como un cuerpo sin alma, si faltara el pulmón de la oración, como señala el papa Francisco. Nuestras parroquias están llamadas a unirse a las demás comunidades cristianas que piden la plena comunión entre los discípulos de Cristo. En este sentido, coincidiendo con la Semana de Teología, que se celebrará los días 16,17 y 18 de enero a las ocho de la tarde en el Liceo, el día 19 a las ocho de la tarde se celebrará en la Catedral la Eucaristía con Vísperas, para orar por la unidad de los cristianos. Nuestra comunidad diocesana se une de este modo a las demás comunidades que piden la plena comunión entre los discípulos de Cristo.

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