Opinión

Acutis y su incorrupción

Si la vida de Carlo Acutis fue excepcional para un joven de su edad, lo acontecido tras su muerte agranda su vida mortal. El 1 de octubre de 2020 se abrió su tumba para exponer sus restos reconstruidos a la veneración de los fieles, como parte de los hechos previos a su beatificación. El muchacho se presenta además vestido como un joven de su época, con sudadera, vaqueros y zapatillas deportivas. 

Al acto de la exhumación en el cementerio de Asís, ocurrida el 23 de enero de 2019 en vista al traslado al santuario, el cuerpo fue encontrado en el normal estado de transformación propio de la condición post mortem; si bien transformado, pero con varias partes todavía en su conexión anatómica, fue tratado con técnicas de conservación y de integración normalmente practicadas para exponer con dignidad a la veneración de los fieles los cuerpos de los beatos y de los santos. Una operación que se llevó a cabo con arte y amor. La reconstrucción de la cara con una máscara de silicona fue particularmente exitosa. El rector de la iglesia de Santa Maria Maggiore  explicó que el cuerpo se encontraba “en un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro”. 

El proceso de beatificación fue iniciado por el cardenal Scola de Milán el 13 de mayo de 2013, y el 24 de noviembre de 2016 la investigación diocesana se envió a Roma para ser estudiada por la Congregación para la Causa de los Santos. Tras el informe positivo de las distintas comisiones, el 5 de julio de 2018, en reconocimiento de sus virtudes heroicas, el papa Francisco lo declaró venerable. Su madre afirmó: “Su jornada giraba en torno a Jesús, que estaba en el centro. Las personas que se dejan transformar por Jesús y tienen esta fuerte amistad con Dios interpelan a los otros, irradian la imagen de Dios”. Ella que se fue acercando a la fe gracias al testimonio de su hijo joven.

El 21 de febrero de 2020, tras un análisis de una comisión de médicos y la Congregación para las Causas de los Santos, Francisco aprobó un milagro atribuido a Carlo Acutis, que permitió incoar su proceso de beatificación. Este milagro es la curación inexplicable de un niño brasileño. El padre Marcelo Tenorio, vicepostulador de la causa de Carlo, cuenta lo sucedido: “El 12 de octubre de 2010, en la capilla de La Aparecida, en Mato Grosso do Sul, en el momento de la bendición con la reliquia de Carlo, se acercó un niño acompañado por su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita que le causaba vómitos continuos que lo debilitaban y abatían. Todo lo que comía lo devolvía, incluido el líquido”. 

Su situación era grave y cada vez más débil. Durante la bendición, el niño le preguntó a su abuelo qué debía pedir y este le dijo que rezara, pidiendo “para que dejara de vomitar”, y así sucedió. Cuando llegó el turno del enfermo, tocó la reliquia de Carlo y dijo con voz firme: “Déjame de vomitar”, y a partir de entonces ya no vomitó más. En febrero de 2011, la familia solicitó que se realizaran nuevas pruebas al niño y se descubrió que estaba completamente curado. El sábado 10 de octubre de 2020, Carlo fue beatificado en la Basílica de San Francisco en Asís por el cardenal Vallini, delegado del papa Francisco. Se presentó una urna que contenía la reliquia del corazón del nuevo beato. 

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