Estamos en Adviento, comienzo del año litúrgico de la Iglesia, como comentábamos el pasado domingo, y creo que sería interesante volver al tema de la enseñanza. El arzobispo emérito de Tarragona, monseñor Jaume Pujol, hace un tiempo habló sobre el tema y afirmaba cosas muy interesantes. Para empezar, hace una importante afirmación: “Hay colegios que no quieren de ninguna manera que allí se dé clase de Religión”. Hay algo que el prior de Poblet también matizó: “Vienen estudiantes que preguntan ¿quién es aquel señor colgado de la cruz?”
La clase de Religión es uno de los problemas principales para conseguir el pacto educativo desde hace años con distintos gobiernos de varios colores. Hoy en día cualquier persona, cuando ve que no se atienden sus derechos, vemos cantidad de denuncias incluso por temas de menor calado, y por las cosas más importantes, como es la educación, ¿protestan los padres?
La denuncia es la que mons. Pujol planteaba en un vídeo impulsado por la Federación Cristiana de Cataluña con el apoyo de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat defendiendo la libertad religiosa. Más aún, el primado emérito relata cómo se dan casos en los que “el director no quiere dar clase de Religión y dice: ‘No le apunte a clase de Religión que no hay nadie” Si esto lo dice a los 10 que han venido antes a apuntarse a clase de Religión, evidentemente esta persona está actuando de mala fe. O incluso respondiendo a los padres: “Esto es una escuela pública, laica y aquí no hacemos clase de Religión”
Para mons. Pujol, la Religión es “una asignatura más, con una estructura y un currículum al igual que el resto de materias de Infantil, Primaria y Secundaria que quizá se pueda mejorar. En todo caso, a nadie se obliga en esta clase a ir a Misa cada domingo”.
El reportaje también recoge la opinión del filósofo y teólogo Francesc Torralba, quien explica que el laicismo ve la religión como “un obstáculo al progreso, al desarrollo científico, una fuente de discriminación, de problemas sociales, de conflictos, de guerras”.
Además, el acuerdo sobre enseñanza firmado en 1979 entre el Estado español y la Santa Sede establece que la enseñanza de la Religión debe incluirse en ”los planes educativos en los niveles de Educación Preescolar, de Educación General Básica y de Bachillerato y Grados de Formación Profesional” y precisa que aunque no tendrá carácter obligatorio para los alumnos, sí deberá garantizarse el derecho a recibirla.
En la actualidad, el obispo de Lugo, mons. Alfonso Carrasco Rouco, es el encargado de tratar este tema con el Gobierno y ya han sacado un currículo que esperemos se perfeccione y dure.
