Opinión

Dictadura o democracia

Tengo un buen amigo que ha trabajado en un puesto importante de la Iglesia nicaragüense. ¡Increíble!, la serie de atropellos y vejaciones, según mi amigo, por las que está pasando por parte del Gobierno sandinista. Y los prelados nicaragüenses responden a la provocación de Ortega.

El pasado Miércoles de Ceniza, el arzobispo Brenes comentó a los fieles: “Ama a tu enemigo”, un día después de que el presidente de su país, Daniel Ortega, tildara de “mafia” a sacerdotes, obispos, cardenales y al papa Francisco. Quien sí respondió de forma concreta fue el obispo Silvio Báez: “Un dictador dando lecciones de democracia”. El auxiliar de la Archidiócesis de Managua afirmó que el Señor les ha propuesto, “para iniciar este tiempo de Cuaresma, como un proyecto de vida, amar al enemigo, rezar por aquella persona que no nos cae bien, que es indiferente, porque Él ha venido para amarnos a todos, sin distinción”. A Báez, las autoridades le retiraron la nacionalidad nicaragüense pese a ser natural de Nicaragua y lo declararon “prófugo de la Justicia”, tras ser acusado, junto a otros 93 connacionales, de delitos de “traición a la patria”.

Ortega calificó de mafia a la Iglesia católica y la acusó de ser antidemocrática por no permitir que los católicos elijan por voto directo al papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes. Durante un acto en el que rindió honores al héroe nicaragüense Augusto C. Sandino (1895-1934), Ortega dijo que Jesucristo resucitó en los pueblos y “no por el ejemplo que puedan dar los curas, los obispos, los cardenales, y los papas, que son una mafia”.

“¡Cuánta ignorancia, cuánta mentira y cuánto cinismo! Un dictador dando lecciones de democracia; alguien que ejerce en forma ilegítima el poder, criticando la autoridad que Jesús otorgó a su Iglesia; un ateo, corrupto y criminal, confesándose inspirado por Cristo”, escribió en Twitter Báez, quien reside en EEUU.

Ortega dijo que no respeta “ni a los reyes ni a los papas” y tampoco a los obispos nicaragüenses y sostuvo que Jesucristo fue su inspiración para ser revolucionario. El obispo Álvarez, muy crítico con el Gobierno de Ortega, fue condenado el pasado 10 de febrero a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados “traición a la patria”, en medio de la crisis que vive el país, y tras negarse a ser desterrado a Estados Unidos.

Realmente lo que está aconteciendo en Nicaragua sobrepasa los límites de todas las persecuciones. Porque en este caso es una organización desde el mismo Estado, como en su día lo fue Cuba y otros países asiáticos. Aquel llamado “baño por la izquierda en Hispanoamérica”, como alguno hace años vaticinó, se está pasando y, a nivel internacional, las instituciones debieran tomar las riendas de la situación tanto en Nicaragua como en Bolivia y El Salvador entre otros países, porque a la “espera” están algunos más.

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