Opinión

Don Manuel Fraga

Se cumplen 11 años del fallecimiento de don Manuel Fraga Iribarne. La primera vez que le vi de cerca fue, estando yo en Madrid, en el funeral de su antecesor en el Ministerio de Información y Turismo, Gabriel Arias Salgado (3-3-1944 / 26-7-1962), que había cesado el 11 de julio y su entierro solemne, presidido ya por su sucesor Fraga, tuvo lugar en julio de 1962, cuando tenía 58 años. Me impresionó entonces la figura del de Villalba. Después coincidimos varias veces, sobre todo siendo su secretaria María Esther Regueiro Fernández, prima mía.

Recuerdo una vez de las muchas en que coincidimos en la residencia del embajador de España en Portugal, el palacio de Palhavâ, y que nada más descender del coche me sorprendió diciendo que había leído mi artículo: “… como casi siempre lo hago”. Basándome en ello creo que, desde donde esté, que nunca ha de ser lugar malo, podrá leer esta misiva. Una de las muchas que habrá leído en época agitada que le desagradará al contemplar el panorama actual.

La política española está ardiendo por varias partes, minando su estilo que ahora algunos dilapidan con actitudes desde todo punto inaceptables y dislates que dan al traste con los modos de la Transición. Vendrá a su mente la frase atribuida a Ortega y Gasset y que Fernández Miranda y él mismo repitió en el Parlamento y en un artículo: “No es eso, no es eso”. Un panorama distinto al que Fraga programó para la política con esfuerzo y mimo y que recuerda al fin de la UCD, con luchas internas que dieron al traste con lo organizado por Adolfo Suárez.

Haría falta otra vez dar un golpe en la mesa y poner en la calle o en la cárcel a tanto depredador de la política y que Fraga dijo a gritos: “No quiero tutelas ni ‘tutías”. 

A Fraga nadie ha podido criticarle por quedarse con lo ajeno. Ha muerto en un piso de menos de cien metros cuadrados y su vivienda de Perbes, blanco de un atentado, han sido sus amigos quienes le ayudaron a reconstruirla. Nunca ha sido corrupto, pasando de un régimen a otro leyendo los signos de los tiempos. Incluso lo de Vitoria, tan manipulado, sabemos que en aquel día estaba fuera de España y era otro quien hacía sus funciones. Se tergiversaron las cosas.

Parece que algunos de sus sucesores desoyen sus mensajes y el espíritu que le movió a presentar en una conferencia a Carrillo. Ha sido una persona de mucho carácter, incluso remangándose contra quienes desconocían que el pluralismo y la democracia consiste en respetar a quienes piensan distinto.

Hoy algunos parecen moverse por el tener y hacerse ricos. Triste espectáculo. Fundó un partido con gente honrada y se han colado en él algunos corruptos, incoherentes, sin criterio ideológico más que el monetario y prevaricadores. y que a más de uno nos acosa la espera de una refundación con caras nuevas, honradas y serias, observando cómo el barco se hunde haciendo aguas por todas partes, aguardando la verdadera política con pescadores con redes diferentes y serias. Todo muy triste. Desearían algunos su vuelta y sus golpes en la mesa tan contundentes que fuesen capaces de poner en la calle a tanto descarado como pulula en la política española. 

Son incomprensibles, al menos para mí, los desprecios hacia su figura en su pueblo de Villalba así como en A Coruña, retirándole honores; justo cuando en Asturias se honra a Santiago Carrillo. Le oí una vez a un almirante inglés que le conocía de Londres, que personas de la categoría intelectual, política y humana de Fraga nacen pocas en cada siglo. La actitud de algunos villalveses… sin comentario.

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