Opinión

La educación de algunos

En distintos medios y organizaciones se está levantando la voz por la falta de cuidado sobre todo de los turistas y peregrinos. Incluso la Televisión Galega ha ofrecido un programa en el que aparecían varias personas en medio de la plaza del Obradoiro montando su “chiringuito” y sentados en el suelo comiendo. Me imagino que tanto el cabildo de la basílica como el Ayuntamiento debieran tomar drásticas decisiones.

Y parece que los escombros se van depositando a lo largo del Camino y en lugares para aparcar caravanas o montar la tienda, dejando al irse “restos y reliquias” testimonio de haber pasado por allí sin interesarles a algunos recoger la basura que allí generaron en su estancia. Bienvenido el turismo que llega a nuestras tierras pero es necesario un estricto control por bien de todos y pensando en los que van a venir después.

Comprendo perfectamente el enfado y contrariedad del cabildo metropolitano cuando contemplan la plaza única del Obradoiro llena de desperdicios y convertida nada menos que en un parque para cualquier pic-nic desordenado. Visto por TV, la impresión es nefasta. Porque, desde siglos, la plaza central de Galicia es lugar de encuentro, fin de peregrinaciones y excelente marco para contemplar la Catedral, la Rectoral, el Hostal y la Casa Consistorial. ¿Hay quien pueda ofrecer más digno e histórico recinto?

Porque la capital de Galicia nunca podrá ofrecer otro lugar con tan excelente marco. Nada sería Galicia o muy poco valdría sin este marco y lo que él encierra: la basílica hoy debidamente adecentada. ¿Cómo es posible que la máxima autoridad de la ciudad se niegue a asistir a la célebre Ofrenda que abre las fiestas más populares y celebres de España? Cada vez estoy más convencido de que la democracia española necesita una revisión a fondo, porque da la impresión de que a nuestro sistema democrático le hace falta para poner las cosas en su sitio.

Porque entendemos que cuando una persona es candidata para un puesto debe saber todo lo que entraña el aceptarlo y los compromisos que ello lleva consigo. Es fundamental representar a ese pueblo en general, lo que en este caso es aceptar costumbres y tradiciones inherentes al cargo. Lo contrario es vagar por la ambigüedad y dar la impresión de que se presentan a la ligera para ocupar el sillón y poco más. Muy triste espectáculo ante toda España que está compuesta por costumbres y tradiciones en este caso ancestrales.

Por todo lo anterior, gallegos y españoles en general estamos llamados a mimar y custodiar nuestro patrimonio. Las pinturas que han aparecido en imágenes seculares recientemente adecentadas es de verdadero escándalo y son un gran desprecio a ese patrimonio común. Es increíble e incalificable este despropósito que únicamente puede provenir de mentes perturbadas, que eso son los que menosprecian un patrimonio de siglos que han realizado y cuidado millones de peregrinos que han recorrido el camino y quisieron dejar constancia de su fe también en el arte. Todos estos dislates provienen de unos desmanes que debieran perseguirse, corregirse y castigarse severamente.

La vigilancia y custodia de estos nuestros monumentos debe ser prioritaria para la seguridad y el orden. La Policía deberá tener el cuidado sumo del patrimonio, que es algo que pertenece a la historia y a un pueblo que con mimo lo ha venido cuidando a lo largo de los siglos y que es del mismo pueblo. Olvidar esto tan fundamental contraría al cabildo, pero también a todas las personas de bien.

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