Opinión

El rocío

Es lamentable desde cualquier punto que se mire el desprecio y la profanación de imágenes religiosas. Un “espectáculo” que viene repitiéndose desde hace ya tiempo. Desde la profanación del Cristo de la Almudena y ahora la burla que, desde algún medio, se ha hecho a la imagen de la Virgen del Rocío. Duelen las palabras de Toni Soler para justificar la befa y la burla que se hace del cristianismo y de los cristianos en ciertos programas, el “Està passant”, de TV3, y en particular, del trato que recibía el papa Ratzinger. 

La afirmación de Toni Soler sobre que “El payaso Ratzinger sube la audiencia”, la recordaba el escritor Antoni Puigverd en su magnífico artículo “Reírse sin riesgo”. Pero es que para que suba la audiencia ¿vale todo? ¿Hace falta burlarse de nuestra fe y de los que intentamos vivir el Evangelio?

Nuestros humoristas utilizan el desprecio y la burla hacia la religión católica para de esta manera aumentar la audiencia. Habrían de recordar que la ética es más importante que la audiencia. Programas que, por cierto, no hacen ni befa ni burla de los negros, las mujeres, los discapacitados, los homosexuales o los gitanos. 

Pero con Ratzinger (continuaba Puigverd) “no hacéis caricatura. Es un hombre sereno y sabio y lo presentáis como un locuelo histérico; es un gran políglota y lo hacéis tartamudear con una mezcla macarrónica de italiano, catalán y castellano. Soler me contestó: ‘Es que el actor Toni Albà, hace una recreación muy personal del personaje”. 

Si como decía Toni Soler, en aquella cena en Banyoles con Antoni Puigverd, su madre “se horrorizaría si lo mirase”, ¿cómo no nos hemos de escandalizar cuando vemos la befa y la burla que se hace con la nuestra? ¿Alguien se imagina un programa donde Toni Soler y Jair Domínguez tuviesen, con sus madres o con sus hijas, un diálogo parecido al que tuvieron con la Virgen del Rocío? ¿Alguien se imagina que, para aumentar la audiencia, un programa hiciese burla de los miles de hombres, mujeres y niños asesinados por los nazis en las cámaras de gas?

Estos periodistas que hacen burla de la religión habrían de recordar que la ética es más importante que la audiencia. Pero hay algunos periodistas que sacrifican la ética por la audiencia y por la fama, un hecho que es muy lamentable y muy triste en una sociedad democrática, que ha de respetar las creencias y la fe de todos los creyentes.

Bien creo que es necesario a nivel mundial un código de moral para respetar las creencias de todos absolutamente, porque todos merecemos un sincero respeto. Lo acontecido ha sido una muestra que nunca debiera repetirse, antes bien, los gobiernos debieran en esto tomar medidas eficaces para el respeto de la moral y la ética.

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