Opinión

En las esencias de Europa

Celebra hoy la Iglesia un santo de una categoría inmensa: San Bernardo de Claraval,(Dijon 1090-Troyes 20.08.1153). Un monje cisterciense francés, titular de la abadía de Claraval. Con él, la Orden del Císter se expandió por toda Europa y ocupó el primer plano de la influencia religiosa. Es una personalidad esencial en la historia de la Iglesia y la más notable de su siglo. Ejerció una gran influencia en la vida política y religiosa de Europa, y en el canto gregoriano. Canonizado en 1174 y doctor de la Iglesia en 1830. Nuestra felicitación a la abadía de Oseira.

Esta orden había sido fundada pocos años antes por Roberto de Molesmes con la Regla de San Benito, a los 23 años, en el año 1113, ingresó en la Orden del Císter, le acompañaban cuatro hermanos, un tío y algunos amigos (hasta 30 personas, según otras fuentes). Previamente los había probado durante seis meses, asegurándose de su lealtad y formando un grupo muy unido. Posteriormente entrarían en la orden su padre y su hermano menor. El inicio de Claraval fue muy duro. El régimen impuesto por Bernardo era muy austero y afectó a su salud.

A lo largo de su vida fundó 68 monasterios distribuidos por Europa. Los inicios fueron lentos. En los 10 primeros años solo se establecieron tres nuevas fundaciones: A partir de 1130 se extendieron las primeras abadías por Alemania, Inglaterra, y España (Moreruela 1132).

Espiritualmente fue un místico y se le considera uno de los fundadores de la mística medieval. Tuvo una gran influencia en el desarrollo de la devoción a la Virgen. 

Bernardo fue un inspirador y organizador de las Órdenes militares creadas para acoger y defender a los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa para combatir el Islam. Así, tuvo gran influencia en la creación y expansión de la Orden del Temple. Redactó sus estatutos e hizo reconocerla en el Concilio de Troyes en 1128. Participó en las principales controversias religiosas de su época. Se desplazaba habitualmente a pie, acompañado de un monje.

Su mayor y más trágica empresa fue la 2ª Cruzada cuya predicación fue por completo obra suya. En 1153, enfermó del estómago -no retenía la comida y las piernas se le hinchaban-, quedó muy débil y murió. 

Fue canonizado el 18 de enero de 1174 por el papa Alejandro III, y fue declarado Doctor de la Iglesia por Pio VIII en 1830. Su fiesta litúrgica se celebra el 20 de agosto en el aniversario de su muerte, es el patrón de Gibraltar y de Algeciras, de los trabajadores agrícolas y del Queen´s College de Cambridge. Su iconografía son la pluma, el libro, el perro, el dragón, la colmena y la figura de la Virgen María. 

En el concilio, de Troyes solicitaron a Bernardo que redactase su regla, que fue sometida a debate y fue aprobada con algunas modificaciones. La regla del Temple fue, pues, una regla cisterciense, ya que contiene grandes analogías con la misma. 

Sin lugar a dudas desde la Edad Media hay tres pilares que configuran la espiritualidad europea: San Benito, San Bernardo y San Francisco de Asís. Y en gran parte de ello aún vive la iglesia occidental.

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