Opinión

Un evento importante

Comienza hoy oficialmente en la diócesis el Año de la Misericordia, un jubileo proclamado por el Papa y que inauguró el pasado martes en Roma, en su empeño de un cambio eclesial. Sus gestos, estilo y cercanía son símbolos encaminados a ofrecer la imagen de una Iglesia en la que debe primar la virtud de la misericordia. Lo acaba de afirmar en una entrevista: "Hace falta descubrir que hay misericordia", y a la vez refrendó: "Me siento un pecador, cometo errores y peco, y me confieso cada 15 o 20 días. (…) La Iglesia a veces sigue una línea dura, de normas morales. (…) Tenemos que cultivar la revolución de la ternura como fruto de este año". Ante la declaración poco habitual en un sucesor de Pedro, habría que recordar que la teología católica contempla infalibilidad sólo en asuntos de fe y moralidad. Este Año Santo jubilar se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016.

El tema de la misericordia se acentúa a partir del beato Pablo VI y san Juan Pablo II lo subrayó con la “Dives in Misericordia”, y la institución de la fiesta de la Divina Misericordia en la Octava de Pascua. Estamos acostumbrados, dice Francisco, a malas noticias, y crueles atrocidades y falta descubrir que Dios es Padre, que hay misericordia, y la crueldad y la condena no es el camino ni la línea dura, y la tentación de subrayar sólo las normas morales, pero mucha gente se queda fuera. Es año de perdón, y reconciliación y el Padre dice: "Deteneos y venid a mí."

Francisco recuerda una sensación tenida el 21 de septiembre de 1953. Sintió la necesidad de entrar en una iglesia y confesarse con un sacerdote que desconocía y a partir de entonces su vida fue diferente. Decidió hacerse sacerdote y aquel confesor, enfermo de leucemia, lo acompañó durante un año. ''Murió al año siguiente -dice el Papa- y después del funeral lloré amargamente, me sentí perdido, con miedo de que Dios me hubiera abandonado. Fue el momento en que me topé con la misericordia de Dios hoy vinculado con mi lema episcopal". 

"En 1994, durante el Sínodo dije que había que establecer la revolución de la ternura porque de ella se deriva la justicia y todo lo demás. (…) Habrá muchos gestos. Un viernes de cada mes, haré un gesto diferente'', concluyó Francisco.

Por otra parte y en esta misma línea el obispo ourensano, monseñor Lemos, invita para la ceremonia de apertura en la diócesis: "Procederemos a abrir esa Puerta de la Misericordia en la catedral de San Martiño el 13 de diciembre a las 17 horas. Os exhorto, vivamente -dice- al clero de la ciudad y a todos los fieles laicos de las distintas comunidades eclesiales (parroquias, congregaciones religiosas, y demás grupos y movimientos apostólicos) y quisiera exhortar, con fraternal afecto y misericordia, de manera especial al clero parroquial de la ciudad de Ourense, que este día, en todas las parroquias de la ciudad y demás lugares de culto, no se celebre ninguna Misa entre las 17 y 19,30 horas, con el fin de que todo el Pueblo fiel participe en la Apertura con el fin de potenciar la comunión y encontrarnos con los miembros de otras comunidades en torno al Obispo".

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