Opinión

Falta de conceptos

El mayor mal que acosa a esta sociedad es la falta de conceptos. Algunos meten la pata precisamente por este fallo. Ya insistió Benedicto XVI en su viaje a Francia donde acuñó la frase "laicidad positiva" y ahora Francisco aboga por una "sana laicidad" que respete la libertad religiosa y la objeción de conciencia. Igual el Vaticano II, libertad e independencia con sus signos y expresiones.

En una entrevista al diario francés "La Croix" el papa Francisco arremete contra la confesionalidad y reclama "sana laicidad y una ley que garantice la libertad religiosa"."Un Estado debe ser laico; los confesionales terminan mal. Va contra la Historia. Cada uno debe tener la libertad de expresar su fe, y si una musulmana lleva velo, puede llevarlo, igual que un católico puede llevar una cruz", afirmó.

Francisco matiza y dirige una "modesta crítica" a Francia, a la que acusa de "exagerar con el laicismo que lleva a considerar las religiones como subculturas en lugar de culturas a título pleno y con sus derechos. La apertura a la trascendencia es un derecho para todos". Y defiende la autonomía de los Estados para establecer las leyes que consideren oportunas, pero también la libertad de los creyentes de hacer objeción de conciencia. "Una vez que la ley ha sido aprobada, el Estado también debe respetar las conciencias porque es un derecho humano. También para un funcionario público, que es una persona humana".

Recientemente se ha celebrado en Cataluña un Simposio con el titulo. "¿Cataluña, aconfesional o laica?", "¿Estado aconfesional o laico?" en el que han intervenido personas de notable relevancia. Entre ellos el presidente del grupo parlamentario "Si es pot", Lluis Rabell, quien afirmó que: "es la escuela la que ha de ser laica, no los alumnos". Y expresó su agradecimiento a los escolapios que le educaron: "yo que soy profundamente ateo y de tradición marxista". También manifestó que fue un sacerdote quien le enseñó a pensar. "Mis hijos son ateos y conocen perfectamente la religión cristiana, la judía y saben qué es el Ramadán".

Ferrán Pedret del PSC abogó por un modelo de Estado donde "el hecho religioso se pueda vivir plenamente, sin circunscribirlo al ámbito privado". con "una laicidad abierta", que "en ningún caso se ha de interpretar como laicismo". La Jornada acabó con una frase a manera de resumen: "Los cristianos no queremos privilegios, pero tampoco queremos quedar encerrados en las sacristías".

Choca lo acontecido en Lalín ante lo que el Obispado de Lugo, (a quien pertenece eclesiásticamente la zona) ha tenido que salir para matizar los acuerdos sobre la "Aconfesionalidad de la Corporación municipal" de la capital del Deza(29.04.16). Certeramente la nota episcopal pone las cosas en su lugar:

"La “aconfesionalidad” o “laicidad” del Estado significa que éste, en sus responsables e instituciones, no hace propia ninguna religión o ideología ni las impone; al contrario, respeta las diferentes convicciones existentes en la sociedad, y colabora con ellas en la promoción del bien común. Está bien expresado en el art. 16 de nuestra Constitución, que defiende la libertad afirmando la aconfesionalidad del Estado y comprende el valor de la relación con una parte tan significativa en nuestra sociedad como es la Iglesia católica (art 16.3).Reconocer la presencia de la Iglesia en los diferentes ámbitos de la vida de la sociedad no es otorgarle privilegio alguno. Es lo justo en un Estado llamado a defender la libertad y los derechos de todos".

Como sorprende la postura de algunos manicipes negándose a asistir a actos centenarios, encarnados en la cultura del pueblo, como puede ser la Ofrenda del Antiguo Reino al Santísimo en Lugo o los actos entorno al Sepulcro del Apóstol Santiago. ¿Qué sería de Compostela sin el Hijo del Zebedeo y las peregrinaciones?

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