Opinión

Un honor para esta Diócesis

Con desbordante alegría hace dos años festejábamos la elección papal para obispo auxiliar de Santiago del sacerdote ourensano don Francisco José Prieto. Coincide además la elección con la definitiva adecuación de su parroquia como santuario definitivo del Sagrado Corazón y algunos en particular nos alegramos de ello después de una turbia lucha de décadas en las que se llegó incluso a visitar la imagen del Cristo Rey en Almada en la entrada del Tajo en Lisboa. Para llegar a la Carballeira se fueron descartando el Alto del Seminario y las Clarisas de Vilar de Astrés. Pues bien, a esta alegría por la certera decisión del señor obispo al declarar santuario a la parroquia de A Carballeira se una el gozo al conocer la noticia de que un hijo de esa feligresía primero fue nombrado obispo auxiliar y ahora arzobispo metropolitano.

Muchas felicidades a la parroquia, al buen ojo del prelado diocesano y, en definitiva, a la diócesis ourensana. Es la segunda vez que un ourensano preside la sede del Apóstol. Primero lo fue quien llego a ser cardenal Quiroga Palacios y ahora otro sacerdote de esta diócesis, don Francisco José Prieto. Un honor para la diócesis de San Martín que ve así premiada su categoría.

Porque todo hay que decirlo, la diócesis ourensana posee muchos y variados valores y tal vez una falsa humildad le impide a algunos reconocerlo. Una diócesis con un puñado de santos nativos y, puedo decirlo después de haber visitado todas las parroquias tres veces cada una, la devoción mariana que lo impregna todo. Son miles de capillas y parroquias que invocan a la Virgen y eso es un valor que es necesario reconocer.

Por otra parte, el nuevo arzobispo cuenta con un gran prestigio por su inteligencia, cercanía, experiencia y trato pastoral. Estuvo metido en la pastoral en varios lugares tanto urbanos como rurales, pero también su equilibrio intelectual hace que sea muy valorado dentro y fuera de la diócesis. Conoce la realidad de esta tierra desde dentro y todo hace suponer que dará un gran arzobispo metropolitano. Con gozo lo celebrarán las parroquias por las que ha pasado, así como las clarisas, a las que atendió fielmente y dan fe de su valía.

Cuando hace dos años le nombraron obispo auxiliar, hablaba yo con cierta persona sobre el futuro de la archidiócesis cuando se veía cerca la jubilación de monseñor Barrio. Mi interlocutor me decía: “¿Y por qué no le puede sustituir su auxiliar?” Acertó. Porque además, ya en los tiempos recientes son tres. Al arzobispo Suquía le sustituyó su auxiliar Rouco, al villalbés le siguió monseñor Barrio y ahora monseñor Prieto ocupará la sede del zamorano.

Habiendo estado dos años de obispo auxiliar, él, que es un persona muy activa, ha tenido tiempo para conocer un poco la realidad de una archidiócesis tan variada. Hemos de recordar que posee tres ciudades importantes: Coruña, Pontevedra y Vilagarcía. A las que se unen realidades muy variadas: la Universidad en la que ya ha dado aulas; la marina, que ocupa una nada despreciable zona en Marín y en el norte, y contará además con magnificas playas que la pastoral del turismo tendrá bien presentes.

En suma, una diócesis compleja, por lo que le deseamos lo mejor.

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