Tradicionalmente se celebra en Ourense la Misa Crismal el Miércoles Santo. Es una celebración señalada para la Liturgia del Jueves Santo pero que en la mayoría de las diócesis se traslada para otro día ya que el Jueves tiene contenido suficiente para ocupar el día.
La Misa Crismal es una celebración esencial para toda la diócesis. Se consagra el Crisma que servirá para el Bautismo, la Confirmación y el Orden Sacerdotal así como para la ordenación de Obispos. De esta celebración emana la vida sacramental diocesana. Además en la misma solemnidad los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales y los seglares su compromiso eclesial.
Por ello es fundamental la representación de todos los sectores diocesanos que este año, por la Pandemia, se verá notablemente reducida físicamente aún cuando esa unidad presbiteral es un punto básico. En dos fechas el clero de la diócesis está llamado a manifestar la unidad con su participación. En este día y en la festividad del patrón del clero español, San Juan de Ávila.
Porque en la pastoral de una diócesis nada sería el Obispo sin esa unidad de sus colaboradores más cercanos que son los sacerdotes y demás personas consagradas. En la diócesis ourensana es de resaltar la categoría de un clero que desde los lugares más distantes y solitarios tratan de llevar a sus pueblos el mensaje del Evangelio. Y en este día la unidad es un punto necesario.
