Opinión

Una pantera especial

La cultura portuguesa tiene cosas muy geniales y graciosas. Pese a que el pueblo luso es poco dado al humor, cuando lo intentan son irrepetibles. Muy buenos. Hace un tiempo publiqué aqui un articulo con el título "Amigos de Peniche", algo que utilizan los portugueses para definir la falsa amistad, a aquellos "amigos" fáciles para la traición. Hay otro dicho muy bueno "Amigos da Onça". (Para aclaración "onça" se llama en portugués a una pantera subespecie del jaguar carnívoro y el mayor félido de América y el tercero del mundo, después del tigre y el león.)

El "Amigo da Onça" es un personaje creado por Péricles de Andrade Maranhão y publicado por primera vez en la revista O Cruzeiro el 23 de octubre de 1943. Satírico, irónico, crítico de las costumbres y del orden establecido, que aparece en diversas ocasiones desenmascarando a sus interlocutores, poniéndolos en evidencia, o colocándolos en situaciones embarazosas e incómodas. La cosa nace del original diálogo que les transcribo en portugués porque tiene su gracia y lo van a traducir fácilmente:

"Dois caçadores conversam em seu acampamento:

-O que você faria se estivesse agora na selva e uma onça aparecesse na sua frente?

-Ora, dava um tiro nela.

-Mas se você não tivesse nenhuma arma de fogo?

-Bom, então eu matava ela com meu facão.

-E se você estivesse sem o facão?

-Apanhava um pedaço de pau.

-E se não tivesse nenhum pedaço de pau?

-Subiria na árvore mais próxima!

-E se não tivesse nenhuma árvore?

-Sairia correndo.

-E se você estivesse paralisado pelo medo?

Então, o outro, já irritado, retruca:

-Mas, afinal, você é meu amigo ou amigo da onça?"

Genial relato que esconde una filosofía muy fina sobre la amistad, y sobre todo cuando ésta, lejos de una sincera colaboración a todo, sólo pone reparos. Aquellos a quienes se les solicita ayuda y que siempre tienen disculpas para todo. Son los del "es que" siempre a flor de labios y que sólo ven las dificultades. Con ellos nada se puede llevar a buen puerto, ya que son nefastos como compañeros de cualquier empresa a acometer.

Nunca están prestos para arrimar el hombro porque en todo ven impedimentos y obstáculos insalvables. En el fondo, de amigos, nada, porque son difíciles de contentar. A esta especie se unen los perfeccionistas y aquellos que siempre están programando. Llegará el juicio final y estarán sentados organizándose, viendo pros y contras. Por supuesto llegarán tarde al Cielo porque sus "ocupaciones" y pormenores les han impedido coger a tiempo el autobús. Triste espécimen con la agenda en blanco porque tienen "muchas" cosas que programar. La célebre poesía que el desaparecido Adolfo Suárez, en una replica en el Congreso, atribuyó erróneamente a Santa Teresa: "Mañana le abriremos, respondía, para lo mismo responder mañana".

Es la realidad de tantos a los que elegimos para colaboradores y que, después, infelizmente, nos dejan en la estancada por sus retorcidas maneras de ser, que todo lo ven enrevesado cuando la vida es más simple que todo eso.

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