Sobre todo ahora que O Carballiño está de moda y Espiñedo espera nada menos que la visita del Atlético de Madrid para conseguir el “Gordo” de la lotería navideña, permítanme que eche mano a mis raíces de la zona y manifieste algo que creo está fuera de lugar. La villa del Arenteiro tiene muchas y muy variadas muestras que esperemos que los madrileños que vengan al partido reconozcan. Tiene clima, gastronomía, posee arte, un inigualable parque, la cercanía de Oseira y la Veracruz. Sin rubor sigo diciendo que después del templo de la Sagrada Familia de Barcelona es el templo llevado a cabo por Antonio Palacios y el apoyo del don Evaristo la segunda obra de arte religioso más importante de España en el siglo XX. Soy testigo muy directo de las palabras del rey al entonces alcalde por dejar edificar aquellos monstruosos edificios enfrente, olvidando el deseo de Palacios y del párroco, y Marcelino Parrondo, para hacer una avenida directa desde Dacón. Así de claro.
He oído muchas veces aquello de que “para pulpo, pan, viño e as cañas do Cerviño… O Carballiño”. Pero quisiera hablar del manjar más exquisito en toda la zona, que es el “pulpo á feira”. Nadie lo iguala, ni el mismo San Froilán de Lugo, que utiliza a pulpeiros y pulpeiras de esta zona.
“El pulpo”. Sin duda alguna, gran obra hizo la abadía de Oseira cuando introdujo el cefalópodo en la zona. Y mal que le pese a los de otras partes, el pulpo que sale de esta zona es ¡único! Y me sienta fatal cuando, por ejemplo en Portugal, presumen de la “ensalada de pulpo”. Nada que pueda igualar al “pulpo á feira” de nuestra tierra, y la Fiesta del Pulpo en agosto es su gran exponente.
Tengo de ello muchas y buenas anécdotas con las que estaba de acuerdo don Manuel Fraga, que incluso en los viajes al extranjero llevaba el pulpo de esta tierra. Y el gran problema, yo así lo creo, es el agua. Pero ¡ojo!: el agua de Arcos, porque con todo respeto y sin pretender ofender, el buen pulpo es el que se prepara y lo preparan las pulpeiras de Arcos. Yo lo tengo muy claro. Y les cuento.
En una ocasión en una fiesta lejos de O Carballiño había varios puestos vendiendo pulpo. En uno, el letrero ponía con letras grandes “Pulpo do Carballiño”. Pasaba yo de largo y le dije a la pulpeira que yo quería pulpo de Arcos. Me respondió a gritos: “Eu son de Arcos”. Entonces, “por que lle pon Carballiño? Asi promociona vostede o seu povo de Arcos?” Está muy cerca de la villa pero su agua es bien diferente. Tengo una familia amiga que vive allí y puedo dar fe de que el pulpo con el agua de Arcos es bien diferente y siento discrepar de algunos. Por favor, déjenme que piense distinto. Aún se conservan en el pueblo losas desgastadas de cuando se “mazaba” el pulpo antes de los frigoríficos.
Pues bien, gran ocasión será el partido para que el Concello utilice el evento para promocionar, dar a conocer, las grandezas de la zona e incluso el buen vino tinto de Cabanelas para llenar unas típicas cuncas. Quienes de corazón queremos a O Carballiño, donde tengo buenos amigos, mis mejores deseos para la celebración de este evento futbolístico y que todos lo aprovechen para promocionar tantas cosas como esta buena gente, que lo son los de O Carballiño, poseen.
Ya es hora de que todos a una seamos capaces de hacer llegar a tantos lugares las excelencias de la Vila do Arenteiro. Ya se hizo famoso aquel célebre pulpo del campeonato anterior y el Concello, la provincia, debe saber hacer llegar tantas cosas buenas de esta hermosa tierra acogedora, alegre y buena. Como que antaño acogía a tanta gente que aquí llegaba a “tomar las aguas”.
