Opinión

Quien nació en Alfama

Para empezar, Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo nació en Alfama (Lisboa) entre 1191 y 1195, y falleció en Padua el 13 de junio de 1231. Cambió por Antonio en 1220 cuando entró en los franciscanos. Yendo para misiones a Marruecos, en un naufragio fue a parar a Sicilia y de allí a Padua. Es franciscano desde 1122 conociendo a San Francisco y fue canonizado el 30 de mayo de 1232 (352 días después de su fallecimiento por hidropesía) por el papa Gregorio IX. Mañana es la festividad de este teólogo y predicador franciscano universal proclamado doctor de la Iglesia por Pío XII el 16/01/1946). Tras San Pedro Mártir de Verona, ha sido el santo más rápidamente canonizado, siendo el más popular, y su culto se encuentra extendido universalmente.

Es el que más lugares de culto tiene en todo el mundo y el más invocado diariamente en todo el orbe. Es llamado el Doctor Evangélico, "Arca del Testamento" según Gregorio IX o, simplemente, "el Santo", representado con el Niño Jesús, su hábito franciscano, un trozo de pan y una Biblia.

Ejerce su patronazgo sobre los objetos perdidos, quienes buscan pareja, y de los celíacos entre otros. Son célebres sus sermones, que superaron los seis mil, plagados de citas bíblicas. En el último año de su vida predicó la Cuaresma con una inmensa difusión. De ello habla una biografía que resalta lo fundamental de sus intervenciones:

"Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos"; "hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia"; "liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por meter las manos en las cosas ajenas"; "inducía a confesar los pecados a una multitud grande que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en cantidad lo acompañaban", afirma su biógrafo. Se le atribuyen prodigios como la bilocación, llevar al Niño Jesús en brazos toda una noche y que en 1263 en su sarcófago sólo su lengua estuviese incorrupta.

Junto a San Buenaventura es uno de los pilares teológicos de la espiritualidad franciscana. Impartió clases viajando por Francia y norte de Italia. Debido a reiterados viajes, su estancia en Padua fue corta. La mayor parte de su vida, como se ve, fue en su tierra portuguesa. De ahí que el pueblo luso considera una injusticia histórica que se le denomine “de Padua”.

Personalmente, al margen de vivir ya más de dos décadas cerca de su lugar de nacimiento y formación, mi devoción al santo se la debo a mi madre, que en gloria esté, que era gran devota e incapaz de salir de casa sin llevar su medalla, que ahora llevo yo, y una foto del santo que, sin duda ¡es de Alfama, en Lisboa!, donde esta noche y mañana se celebra con gran solemnidad su fiesta.
 

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