Opinión

Solo queda volver al Virolai

Me da la impresión de que desde el año de 1964 en que ando por estas páginas, habrán caído en la cuenta de mi devoción mariana. Desde muy niño es María Auxiliadora, pero también pretendo amar profundamente a la Verge de Montserrat hasta el punto de que siempre que voy a Cataluña la condición es subir un día a las 12 a cantar el Virolai que es el himno a la Virgen que todos los catalanes saben y que personalmente me lo conozco de memoria.

Pues bien, ante la situación tan alargada que atraviesa aquella noble tierra, el pasado 27 de abril, fiesta de esta advocación, canté con fuerza el Virolai y repasé toda la letra redactada por Jacinto Verdaguer en el siglo XIX. Estrofas que debieran tener en cuenta hoy y siempre los catalanes. Ya el estribillo lo dice: 

“Rosa d’abril, Morena de la serra, de Montserrat estel, illumineu la catalana terra, guieu-nos cap al Cel”.

Esa es la petición que resta a aquel pueblo embuido en incomprensibles políticas sin fin claro. Me permito traducirles algunos versos:

 “Con sierra de oro los angelitos serraron/ esas colinas para haceros un palacio;/ Reina del Cielo que los Serafines bajaron,/ danos abrigo en vuestro manto azul”. “De los catalanes siempre seréis Princesa,/ de los españoles Estrella de Oriente,/ sed para los buenos pilar de fortaleza,/ para los pecadores puerto de salvamento”. “Dad consuelo a quien la patria añora,/ sin ver jamás las cimas de Montserrat;/ en tierra y mar oíd a quien os implora,/ devolved a Dios los corazones que lo han dejado”. “Con vuestro nombre empieza nuestra historia/ y es Montserrat nuestro Sinaí”.

Claro que también en aquella zona la fe está bajo mínimos en grandes sectores, hasta el punto de que un partido político pretendía convertir la catedral gótica en un supermercado en un increíble deseo. Pero sigue siendo el catalán un pueblo religioso y sobre todo plagado de variadas advocaciones marianas. La patrona de Barcelona, por ejemplo, es Nuestra Señora de la Merced. Pero hay muchas más.

Muchos utópicos creíamos que el fin de tanto dislate estaba cercano pero estamos comprobando que la cosa va a más cada día. Como una bola de nieve cada día mayor; y nos tememos que aquello va a acabar muy mal. Me temo lo peor porque muy hábilmente los independentistas lo han programado con todo detalle desde hace décadas. Y ahora, tras el estallido final, comprobamos que ese fin, esa solución, va a tardar en llegar y mal si es que llega.

La huida a Bélgica y Alemania estaba muy estudiada en ese afán de internacionalizar el problema, hasta el punto de que han convencido a más de una organización europea. Poco a poco va calando la idea, gracias a su hábil constancia, de que son “presos políticos” los que están en prisión, postergando lo de “políticos presos”. Una idea, la de los “presos políticos”, que está calando profundamente a nivel internacional. Ignorarlo y obnubilarse sobre el tema a nada conduce. Sería de esperar que los países que engrosan la UE tuviesen la gallardía de colaborar ante un problema de un miembro de esa comunidad.

Acaso las medidas adoptadas han llegado de mala manera y se han dejado avanzar unas ideas que rompen la unidad. Se soslayan los verdaderos problemas y se posterga una realidad como es la economía, la huida de empresas y el descalabro y división social de la mitad de los catalanes. Unicamente se transmite aquello que favorece la independencia, que ha sido cultivada desde la escuela durante décadas.

Te puede interesar