Opinión

Viernes Santo: la Cruz

El Viernes Santo está marcado en la Iglesia por el signo de la Cruz. En ella, como recuerda la Liturgia del día, “estuvo clavada la salvación del mundo”. Sin duda recoge el día todas las profecías especialmente al Profeta Isaías que califica a Cristo como “Varón de dolores”.

Cristo es Dios pero también hombre y como tal los sufrimientos que pasó han sido terribles. El abandono en primer lugar pero también el dolor físico con los clavos que le sujetaron a la cruz. 

En Portugal se celebra una fecha entrañable para el pueblo cristiano luso. Son las Cinco llagas que a su vez están reflejadas en el centro del escudo de la nación hermana. Fueron los pies, las manos y el costado esas cinco llagas.

La devoción secular de los ourensanos hacia el Santo Cristo ha sido una tónica que se refleja durante tantos siglos en los devotos que a esa inigualable capilla se acercan a lo largo del día.

En la Liturgia de hoy es la Cruz el centro. Siempre entra ese madero hacia el altar donde se venera. Personalmente me impresionó el pasado año la supresión de ese rito. En vez de acabar en el altar mayor de la Catedral acabó descubriendo al Santo Cristo en su capilla. Bella idea.

En el tríptico de la ciudad están las Burgas, al igual que A Ponte, pero también la figura del Cristo ourensano similar al que custodia la catedral de Burgos y que la devoción del ourensano llega hasta Brazatortas.

Renunciar a las tradiciones es un grave error. Y en Ourense la fe católica gira entorno a dos figuras esenciales que son la Virgen y Cristo. Los arrianos negaban la divinidad de Jesús hasta que los suevos, que sostenían esta ideología, fueron convertidos a la verdadera fe por San Martín de Dume. Se convirtió el rey suevo Carriarico y con él los arrianos de su reinado.

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