Opinión

HOMENAJE AL LIBRO

Esta semana es la última del mes de abril, y ya se sabe?, fin de mes y a apretarse el cinturón toca. Sin embargo, el lunes 23 hemos celebrado un día especial para un compañero que sufre numerosos ataques de diferentes frentes. Me refiero al libro. Ha sobrevivido a luchas constantes en los últimos años, sobre todo desde las nuevas tecnologías. Muchos han presagiado que desaparecerá su formato clásico, y algunos coleccionistas ya se han puesto manos a la obra de recuperar ejemplares raros, curiosos y siempre en primeras ediciones. Recuerdo con nitidez, en mis conversaciones con Marcos Valcárcel, que me hablaba de algunas de esas piedras preciosas, de inestimable belleza y sensibilidad, como el 'Libro de las Horas' de Vicente Risco. Con algo de fortuna me hice con dos ejemplares, uno de ellos dedicado por el autor a su antiguo propietario, y hoy los guardo con cariño y admiración, después de disfrutar de su lectura; tratándose de la recopilación de aquellos artículos que Risco escribía en este mismo periódico. Marcos tenía razón. Actualmente todavía podemos encontrar un original en una librería de libros antiguos, pero pocos podrán pagar por él los 500 euros que nos piden.


La celebración del día del libro fue idea de Vicente Clavel Andrés, empresario de origen valenciano, afincado en Barcelona.. Su empresa estaba vinculada a los libros, era editor, y tuvo la brillante idea de proponer un día para celebrar la fiesta del libro español. Su fecha inicial fue la del 7 de octubre, día que los historiadores marcan el nacimiento de Cervantes. Después de muchos trámites, el 9 de febrero de 1926 el rey Alfonso XIII instituía oficialmente la 'Fiesta del Libro Español' mediante la firma de un real decreto. Le pareció bien al rey determinar para el día la fecha del 23 de abril, pues coinciden el fallecimiento de Cervantes, del Inca Garcilaso de la Vega (autor peruano) y de Shakespeare. Muchos años después, la Unesco declara el 23 de abril como el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor.


A nivel educativo, el libro es una pieza fundamental para el desarrollo de la actividad docente y discente. Esta semana muchos centros de infantil, primaria y secundaria celebrarán este evento con diversas actividades lúdicas, con el fin de potenciar la figura del libro desde los primeros años. Porque a través de la lectura llegarán al conocimiento intelectual y emocional. Los valores de los que tanto nos quejamos de su falta, manan de los libros que leemos, de los hábitos que adquirimos, y qué mejor que descartar muchas ofertas de telebasura para invertir nuestro tiempo en leer un buen libro.


Finalmente, no quiero olvidarme del libro más traducido, leído y perseguido: la Biblia. Sigue siendo motivo de interpretaciones diversas, de discusiones sin término, pero aun los más escépticos gozan de la calidad de sus líneas. Y es que ha sido el primero que salió de la imprenta como referencia a todos los demás. Por cierto, Biblia significa bilblioteca, libro compuesto por libros, y su atemporalidad y actualidad me llevan otra vez a leerlo y escuchar de sus páginas infinitas verdades y principios. ¿Será que el Creador nos habla a través de su revelación? Personalmente estoy convencido de ello, sin embargo eso pertenece al terreno de la fe y será motivo de otro artículo con el detalle que requiere.

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