Opinión

'ZAFNAT-PANEA' Y EL SUEÑO DE LAS VACAS

No resulta sencillo el hacer un resumen de la vida del hijo de Jacob, José, que según el relato bíblico fue vendido por la envidia de sus hermanos y hecho esclavo por la módica cantidad de 20 piezas de plata. Este hecho le llevaría a servir al capitán de la guardia Potifar, que le había confiado todo lo que tenía. No obstante, no todo iba a ser tan sencillo, acabando en la cárcel acusado por falso testimonio. Derrotado transitoriamente, sin entender las razones que le llevaron a ese estado, comienza a interpretar sueños, y a pesar de resolver de forma veraz el enigma de los sarmientos y los canastillos blancos, el copero del Faraón olvida su compromiso con José, lo que le llevará a permanecer dos años más en prisión, sin esperanza.


Pasado este tiempo el Faraón tuvo un sueño que nadie podía resolver. Fue en ese momento cuando el copero 'se acordó de sus faltas' y habla al Faraón de la existencia de José (hebreo), que le había revelado todo lo que quería saber de su sueño, relativo a los sarmientos. El texto bíblico relata que con prontitud sacaron a José de la cárcel. Le asearon, le vistieron ropas dignas y le llevaron a presencia de Faraón. Su sueño fue interpretado por José, y se trataba de los siete años de vacas gordas (abundancia) con la que Egipto vería incrementada su riqueza. También de los siete años de vacas flacas y feas (escasez), que devoraban a las vacas gordas, con las que no podían convivir, y que todo era inminente. Por esa razón, José sugirió al Faraón 'quintar' la tierra de Egipto y guardar provisiones para los siete años de crisis, bajo la dirección de un varón prudente y sabio.


Todo esto aconteció aproximadamente por el siglo XVIII a.C., y el elegido para dicha empresa fue José, que como era extranjero, el Faraón cambió su nombre por el de Zafnat-panea. Es muy probable que judíos y egipcios entendiesen el significado del nombre de forma diferente; a saber: los primeros como 'el que revela secretos o cosas escondidas' y los segundos 'Dios dijo: ¡vivirá!'. Pero lo que me llama la atención es que esta historia a nivel global no nos haya servido para mucho. Ni a nivel espiritual, ya que Dios estaba con José y si bien es verdad que fue acusado injustamente (y alguno le echaría la culpa a Dios de no actuar), no es menos cierto que gracias a ello llegó a ser gobernador de Egipto. Ni a nivel material, ya que no hay previsión para los tiempos malos cuando en los anteriores nadábamos en la abundancia y, lo que es peor, en el derroche. La actual situación económica está generando multitud de situaciones límite y de poco vale lamentarse en lo que ya no tiene remedio. Por esa razón es más sensato buscar ese equilibrio que ahora quieren encontrar los gobiernos, aunque algunos apuesten por recortar y explotar a los más débiles para alcanzar los objetivos previstos. Creo que los que afirman que la historia es cíclica y se repite, casi siempre atinan en muchas de sus predicciones, aunque en realidad no se dediquen a interpretar sueños. Y es que los sueños de tenerlo todo sin ningún coste, duran lo que duran. A no ser que queramos creer lo que decía Calderón: que la vida es solo un sueño? y los sueños, sueños son.

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