Opinión

Jornada Mundial del Enfermo

En Galicia, ciñéndonos somamente a las cuatro capitales, tenemos en A Coruña dos festivos locales, dos en Lugo, dos en Ourense y dos en Pontevedra. Es motivo de opinión el hecho de que, por ejemplo, en A Coruña, aparte de que el empresario tenga que abonar el salario más cargas sociales a cada uno de los trabajadores, tanto si son cinco como si son 100 el martes de Carnaval y en tiempo de crisis tenga que hacerlo también por la fiesta de San Juan (24 de junio) para que la plantilla de personal pueda comer las sardinas.

Por lo que a Ourense se refiere -mi Ourense natal-, también aparte del martes de Carnaval tenemos el 11 de noviembre, SanMartiño, para que podamos celebrarlo comiendo las riquiñas castañas. Pero como no todo van a ser festividades gastronómicas, les contaré que esta mañana, día 13, me levanté de cama con ostensibles molestias, cercanas al dolor como consecuencia de una reciente intervención quirúrgica.

Echo mano del calendario y en una mañana triste, oscura, en donde el Sol, el astro rey de nuestro sistema planetario permanecía oculto y veo que el pasado día 11 del presente mes fue Nuestra Señora de Lourdes, la población de Francia de los Altos Pirineos, motivo de innumerables peregrinaciones que comenzaron en la Gruta y últimamente en la Basílica. Y conforme a los datos históricos, el papa Juan Pablo II, instituyó el 11 de febrero de 1993 como Jornada Mundial del Enfermo y eso me indujo a reflexionar: ¿Qué es el hombre si está carente del mayor bien que es la salud?

El dicho popular nos dice que "sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena". Y yo me acuerdo, aún convaleciente, de cinco enfermeras: Ana, Silvia y Paula del Hospital Coruña (Residencia) y Amalia Conceiro y María Cobreiro del Centro de Salud Federico Tapia como sincero agradecimiento por su dedicación, entrega y cariño con que tratan al enfermo. Gracias también para todo el personal, sin excepción, por sus desvelos en atención al enfermo. De corazón, muchas gracias.

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