Opinión

Los "30 partidos/ 30 victorias" en el recuerdo

Evidentemente, uno tenía que estar en el Principal. El documental de Carlos Bermello, ayudado por Luis Baños, despertaba interés entre “los mayores de la localidad”. Porque todo aquello que se contaba sucedió hace casi cincuenta años, es decir, en nuestra juventud. Por eso los mayores abarrotamos la sala. Y ocurría algo parecido al reciente homenaje a Luis Soria, que actos de este tipo son motivo para vernos “los de antes”, y eso está muy bien.


Carlos explicó primero de qué iba a ir la cosa. Adelantó agradecimientos. Y entraron las imágenes. Lo de los “30 partidos/30 victorias” era otra estupenda oportunidad para recordar cosas de aquellos años. Por eso Manolo Rego nos habló del festival del Miño; Gallego, de la Batalla de Flores, y quedó claro cómo surgió la idea de crear el Rally de Ourense de Reverter. Aquel recurso, con imágenes de nuestra ciudad de los sesenta, aportaba el aliciente que no íbamos a hablar sólo de fútbol. Por eso Carlos nos trajo hasta al Dúo Dinámico, que confesaron que por una nevada no pudieron salir de aquí y para “matar el tiempo” escribieron el “La, la, la”, que resulta que es ourensano.


Claro que se habló de fútbol. Muchos de los jugadores de entones desfilaron por la gran pantalla y contaron cosas curiosas. Como Carballeda, que juró una y otra vez que no tocó al portero del Lugo para sellar en el minuto 94 la victoria numero 29, aunque portero y balón llegaran a la red y Álvarez, meta lucense, no estaba tan de acuerdo. Alejandro Blanco habló de aquellos años. Alfredo Relaño, desde As, de la sorprendente campaña de los de Bouso vista desde Madrid. Mario Guede, Seguín, Cabaleiro, Carriega, Rivera, Díaz Varela, Reverter, Marcial… Hasta surgió el mismísimo Miguel Ángel para recordar la gran oportunidad que le dio Toni Suárez en un memorable Orense - A.D. Couto y su enorme agradecimiento a su descubridor, Luis Soria.


¡Ah!, un montón de “mayores” nos vimos por vez primera en la gran pantalla y en un Festival de Cine, nada menos. En un trabajo que consagra a Carlos Bermello como cineasta y a Baños como técnico. Aseguro que encantó a varios cientos de ourensanos por un síntoma evidente: uno ha seguido la proyección que duró hora y cuarto desde el fondo de la sala y da fe de que nadie, absolutamente nadie, se movió, que siguieron entusiasmados la proyección, que la gente aplaudió con fervor y, como en los grandes éxitos, Carlos Bermello tuvo que acudir repetidamente a saludar cuando se encendieron las luces.

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