Opinión

¿Amor o desamor?

El mundo se desmorona y aquí, tú y yo nos enamoramos. Y la vida sigue. Un “Ourense terra da chispa” a cinco columnas envuelve mi pensamiento. Ay, el amor. Qué bello es el amor, pero Dios te libre de los amores platónicos, de los no correspondidos o de un amor imposible.

La sinrazón y el odio pueden hacerte crujir los pensamientos, y el cuerpo. Los enamoramientos son siempre procesos irreales, enfermizos, porque la realidad se aparta para soñar en brazos de la persona soñada. Lo peor del amor es cuando se vuelve amargo, incluso trágico, cuando todo son víctimas colaterales, y ocurre.

Esta ciudad hace tiempo que se entregó a los brazos de cupido y no fue bien. Se topó con un amante que la deslomaba sin placer. El mal amante la engalanó al abismo, a la derrota con estrépito; fruto, tal vez, de un falso enamoramiento. Quien más, quien menos, lo ha sufrido en carne propia. Y esto parece sólo el principio. Más allá de una tesitura soñada, el futuro se dibuja ahora pleno de rencores, de melodías tristes que resuenan a ambos lados del Miño. Instalados en la locura, el amor lo es, toca ahora elegir semblante de representación. En democracia cualquier opción es lícita. Democracia Ourensana se merece un respeto, por supuesto, así lo han afirmado 13.451 ourensanos que han decidido sacudir las urnas de manera apasionada, como quien entrega su alma a un bolero. “Bésame mucho”, que resuena en melodía una semana después. ¿Amor o desamor? Dicen que los procesos de desenamoramientos son muy complicados. El idilio dura lo que dura y después vienen los efectos secundarios.

D.O. representa a un conjunto de ourensanos descreídos que se apuntan al desdoble emocional y al juego. En la vida hay quien lo apuesta todo al cinco y sale el siete. En el juego, la estrategia no funciona.

Pero en Ourense, una ciudad que necesita crecer -10.000-15.000 habitantes-, que necesita apuntalar el termalismo como industria -no deslocalizable-, se apunta a la boutade del parque acuático en Oira, en claro desafío, al futuro, y la inteligencia.

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