Opinión

Pasa la vida

Hoy me levanté temprano, pero no me sucedió nada”, que diría Monterroso. El abuelo de un amigo también madrugaba, y él me contaba desesperado, que en realidad nunca sabía para qué lo hacía. Son muchas las veces, desde entonces, que -sin conocer al señor- he recordado la anécdota. Siempre, a pesar de lo que escribiera Monterroso, ocurre algo a tu alrededor que merece la pena ser vivido, otra cosa es que nos demos cuenta de ello; además ver pasar el tiempo, creo, también es en sí un ejercicio interesante. Hay mañanas que uno se mira en el espejo, y casi no se reconoce, ¿cuánto tiempo hace que no te has mirado con sinceridad a la cara?


Hace un mes en una concurrida romería, de repente, dos parejas que caminaban en la misma dirección pero no lo hacían juntas, me llamaron poderosamente la atención; es probable que ni siquiera se conocieran. En la voz femenina de una de ellas había algo familiar. Sí, eran ellos, deduje, dos matrimonios mayores a los que hacía más de tres décadas que no veía, y a los que, sin pretender, ahora reconocía; a uno de ellos, sumamente avejentado, se le reconocía levemente por el hecho de ir juntos, determinados rasgos fisionómicos, la forma de caminar te hacía pensar que era aquel matrimonio con el que hacía muchos años no coincidía; el otro, el de la voz reconocible también, pero con la salvedad que a éstos, ambos, aun siendo mayores también, el grado de parecido con la imagen del recuerdo era abismal, es como si por ellos el tiempo pasado no hubiera hecho mella alguna, es más, hasta la propia voz de la mujer, de no mirarla a la cara diría que sería la de una mujer de mediana edad. El reloj biológico, al menos en lo físico se había detenido.


Envejecer es complicado, a veces incluso más para quien los observa desde la distancia. El pasado domingo coincidí con otra pareja de ancianos, ambos superan ya con creces los ochenta años, ambos muy significados en mi vida. El aspecto de uno de ellos, él, mucho más mayor, no ha variado, de ella no se puede decir lo mismo. En ambos, una vez más, el que se ve reflejado eres tú, el tiempo pasa y cuesta reconocerse.

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