Opinión

La carretera lenta

Estoy totalmente de acuerdo con los transportistas y con los más de 12.000 conductores que cada día tienen que atravesar el Alto de Fontefría y por tanto en total desacuerdo con los técnicos que consideran más seguro circular por un monte, en una carretera con firme en mal estado, llena de curvas, con ganado suelto en sus márgenes y cientos de camiones pasando por el medio de la villa de A Cañiza que ir dos kilómetros a 30 por hora por un túnel vigilado. Y así, durante tres meses, los más duros del año, especialmente en este 2013, en el que se han sucedido nevadas muy importantes que han obligado a trabajar a destajo a las máquinas para poder mantener abierto el vial. No es sólo esto: la N120 no está en condiciones para soportar un tráfico intenso formado en buena parte por vehículos pesados. Y A Cañiza se arriesga a diario a que pueda producirse un incidente con el paso de camiones de gran tonelaje. En definitiva, mañana se cumple el primer mes y el balance no puede resultar más negativo. Quedan otros dos y sin ninguna perspectiva más allá de armarse de paciencia. En esta cuestión, los mandos políticos han cedido toda responsabilidad a los expertos, lo que en principio parece una buena decisión siempre que se tomen en cuenta todas las variables. No parece que sea el caso, visto el desequilibrio entre los pros y contras de habilitar un túnel en doble sentido.

Y en último caso, el Ministerio de Fomento tendría que garantizar una obra que se realizara día y noche, incluidos festivos, para atajar cuanto antes una auténtica pesadilla cuyo único final favorable es que la reapertura se salde sin ningún accidente.

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