Opinión

Es injusto

Puede resultar hasta comprensible, y desde luego se agradece cierta claridad, pero sin duda estamos ante otro paso atrás. Es también injusto. Reconozcamos la gravedad de la crisis y la emergencia nacional de la que habla el presidente gallego, pero considerar que la prioridad –luego, sin eufemismos, el único objetivo- es conseguir el tren del Eje Atlántico Vigo-Coruña y la autovía Vigo-Pontevedra, cuando se trata de dos dotaciones anunciadas mil veces y que tenían que estar ya listas a estas alturas supone un agravio comparativo. Porque A Coruña logró en este tiempo todo: el puerto exterior, el AVE directo y la conexión con Santiago, en 2008, mientras a Vigo le tocaba esperar la segunda fase. Cuando llega el momento, resulta que tampoco, porque la crisis exige priorizar.

Alberto Núñez Feijóo sabe, porque lo ha dicho él mismo en múltiples ocasiones estando en la oposición y también en el Gobierno de la Xunta, que desde el primer día la conexión Vigo-Ourense por Cerdedo se puso en cuestión. Parte de la culpa es de lo propios vigueses, que mientras en el norte aceleraban y decidían que la línea central de Galicia sería Ourense-Santiago-Coruña (los alcaldes jugaron muy fuerte en ese sentido), en la Muy Leal se abría un debate sin ninguna conclusión que finalizó con la intervención del propio Feijóo, entonces vicepresidente gallego, pidiendo a Cascos, que era el ministro de Fomento, que tuviera en cuenta la posibilidad de un ramal directo a Vigo por Cerdedo, como había propuesto UGT, eludiendo así un rodeo por Santiago. Luego llegó Magdalena Álvarez que de forma voluntaria fue dilatando en el tiempo la construcción de este ramal, centrando todo el esfuerzo entre Ourense-Santiago-Coruña.

Las palabras de Abel Caballero, quien aseguró siendo candidato que el AVE llegaría a Vigo desde Ourense en 2012, suenan a sarcasmo y marcan la diferencia entre el alcalde y el presidente. Feijóo ha expuesto su opinión y en cambio Caballero mintió y asumió responsabilidades políticas enormes -al haber unido su destino a Cerdedo- que ha eludido.

Lo que menos se entiende es que Feijóo dijera lo que dijo cuando Ana Pastor no ha abierto la boca más que para afirmar que se hará Cerdedo. Es justo y Vigo lo merece. Vigo puede esperar, pero no en vano.

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