Opinión

CENTRO DE INTERPRETACIÓN TERMAL DE AS BURGAS

La recuperación del entorno de las fuentes de As Burgas ha sido, desde siempre, una de las reivindicaciones más demandadas por todos los habitantes de nuestra querida Auria. Un repaso a la excelente hemeroteca del diario La Región permite un apasionante viaje a través del tiempo en el que se recogen los diversos avatares, proyectos, ideas y realizaciones en torno a este emblemático recinto tan visitado por los ourensanos, tanto los de ayer como los de hoy, sin olvidar a los muchos turistas que se acercan a conocer nuestra hermosa tierra.


La reciente puesta a punto del Centro de Interpretación Termal de As Burgas y su entorno arqueológico, de igual modo que su bulevar, permite descorrer un poco más la cortina del tiempo en el conocimiento y origen de la ciudad de Ourense, además de poner en valor un lugar olvidado y degradado por el penoso estigma de los cercanos recintos en los que se ejercía -y aún se ejerce- la profesión más vieja del mundo.


Un sosegado paseo por el recinto permite apreciar parte de lo que fue una piscina?santuario romana (natatio) fechada en el siglo I d. C., además de la habilitación de un espacio verde de más de 6.000 metros cuadrados, dentro de los cuales se puede contemplar tres pozos contemporáneos, los restos de una tumba medieval, muros romanos y medievales además de admirar una bella panorámica desde el mirador existente sobre la actual piscina termal.


La parte más novedosa la constituye el propio Centro de Interpretación Termal, constituido por cuatro edificios contiguos, a los que se accede por la calle Villar -se corresponden con los números 6 y 12-, y que tiene su continuación con los bajos de la trasera de As Burgas. En ellos se aloja el espacio expositivo, consistente en cinco salas dedicadas al 'Agua, paisaje y territorio', 'Balnearios salutíferos, agua mineral y religión', 'Termas, agua, ocio y sociedad' y 'Abandono y recuperación', a lo que se suma una sala de lectura y dos de audiovisual.


El complejo diseño del centro, teniendo en cuenta las dificultades de acceso al mismo, que combina lo práctico con lo funcional, fue obra de los arquitectos Manuel Jorreto y Pablo Falcón; mientras que propiamente el espacio verde sobre el que se asientan las diversas piezas arqueológicas descubiertas, contó con el asesoramiento del conocido arqueólogo municipal José María Eguileta, acompañado de Celso Rodríguez Cao, además de la estimable ayuda de los técnicos municipales Elvira Carregado y Anabel Augusto.


El bulevar peatonal que conecta las calles del Baño y de la Burga contó con la financiación de los fondos europeos a través del Plan Urban, provenientes del Gobierno central, canalizados a través del Ministerio de Cultura, lo que le supuso un coste para las arcas del Estado de medio millón de euros. Por último, solo resta hacer un llamamiento de apoyo a la iniciativa privada para que se pueda completar este importante circuito termal con la puesta en funcionamiento de los futuros balnearios en el entorno de la antigua cárcel más el del solar en litigio cercano a la Plaza de Abastos, dado que con su puesta en funcionamiento permitirá convertir a nuestra ciudad en una imprescindible referencia termal tanto a nivel europeo como mundial.

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