Opinión

Real jubilación, jubilación real

Oficialmente”, aunque más bien podría matizarse que “oficiosamente”, el anterior monarca, Juan Carlos I, a partir del 2 de junio se retira a los cuarteles de invierno, o de la época del año por la que ahora atravesamos, y, tal como anuncia la Casa Real, “dejará de realizar actividad institucional y se retirará de la vida pública”, transcurrido un lustro desde que anunció su abdicación para que accediese a la Corona su hijo, nuestro actual rey, Felipe VI. De hecho, su última comparecencia pública ha sido en la plaza de toros de Aranjuez.

Y como colofón, el rey emérito le dirigió una carta a su hijo en la que, encabezada como “Majestad, querido Felipe”, le explicaba que desde su abdicación de la Corona vino realizando: “Actividades institucionales con el mismo afán de servicio a España y a la Corona que inspiró mi reinado”, añadiendo: “Ahora, cuando han transcurrido cinco años desde aquella fecha, creo que ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública”. 

Reconoce que cuando celebró su 80 cumpleaños, vino madurando la idea que se reafirmó, dice: “Con motivo de la inolvidable conmemoración del 40 Aniversario de nuestra Constitución en las Cortes Generales. Un acto solemne, lleno de emoción para mí, que me hizo evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar mi sentimiento de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente”. Y concluye que toma esa decisión: “Desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre”.

Su última actividad institucional fue el día 17 de mayo en el acto de entrega del Premio Órdenes Españolas al historiador Miguel Ángel Ladero. Hasta ese momento, el papel de Juan Carlos I en la agenda oficial de la Casa Real estaba en un solapado segundo plano, participando en eventos deportivos, sociales, empresariales o religiosos y representando a España en alguna toma de posesión en Latinoamérica. Desde el momento en que cedió la corona ya trasladó su despacho al Palacio Real para marcar diferencias con las actividades de Zarzuela y que desde ese momento iba a protagonizar su heredero ya en el papel de nuevo rey de España. La propia Casa Real anticipaba en aquellas fechas que el papel del rey emérito en actos oficiales iba a ser “puntual”, como así ha sido.

Tanto Juan Carlos I como su esposa mantienen vitaliciamente el título de rey y reina con carácter honorífico. Por cierto que doña Sofía continúa con su agenda institucional como hasta ahora.

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