Opinión

Renacer (otra vez)

Veni, vidi, vici” o, lo que es lo mismo, “Vine, vi, gané”. De esta manera es como podemos poner en escena el renacimiento de Pedro Sánchez. Porque ha sido un auténtico renacimiento el que tuvo para hacerse con la investidura, en la que tuvo que sumar a todo el resto de partidos para obtener una mayoría; esto es, lo que suele denominarse como la “victoria Frankenstein”.

Pedro Sánchez ha conseguido el respaldo de 179 diputados de hasta ocho grupos políticos diferentes que, según los socialistas, responden a una “coalición progresista”, aunque al final el nuevo gobierno de los 22 ministros, “peccata minuta”, lo ha reunido contando solo con Sumar, que aportó cinco señorías, y el resto del equipo es “de la casa”, esto es, gente de confianza o, lo que es lo mismo, de “casa de Pedro”. ¡Y porque no caben mas en la mesa de Moncloa!

La verdad, el caso es que en esta ocasión, no le ha salido magnífica la aventura, pues prácticamente cada uno de los nuevos socios le ha pedido algo a cambio; algo que le va a salir bastante caro y que los independentistas, además, le van a sangrar y esquilmar lo que no tiene a mano. Que tampoco es tirar la casa por la ventana, que tendrá que hacerlo, sino que tiene que cumplir con lo que le piden, porque si no puede acceder, ya le han dicho que entonces retirarán el apoyo.

El mismo día de la proclamación de la investidura, el primero que se acercó hasta el hemiciclo para expresarle la enhorabuena fue el líder de la oposición, Alberto Núñez, quien le dijo textualmente: “Esto es una equivocación, eres el responsable de lo que acabas de hacer”. Y a continuación se despidió… Seguidamente, ante los medios de comunicación, añadió: “Me voy más preocupado que cuando entré y he visto además que el Partido Socialista está claramente en manos de aquellos que quieren primero un reconocimiento de nación, distinta a la de España, y segundo, un referéndum de autodeterminación. Y si esto no se hace, han dicho, esta legislatura peligra”.

Obviamente, todos los que forman ese conglomerado de la coalición progresista están que fuman en pipa, esto sí, sin saber lo que se les viene encima. Porque ahora están miel sobre hojuelas, pero en breve tiempo, empiezan a llamar a la puerta a reclamar lo que tiene pendiente. Y encina falta todavía el papel que va a protagonizar el Poder Judicial, donde nadie se ha manifestado favorablemente y donde nadie apoyó la famosa investidura. Y a ver qué opina la Unión Europea, que tiene pendiente algo que decir.

Mientras tanto, Pedro Sánchez se ha relamido con el acto de promesa ante el rey -impertérrito e inasequible- del cargo con su flamante investidura: “Prometo, por mi conciencia y honor cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”. A saber qué promete con eso de las obligaciones de “guardar la Constitución”, porque no sabemos donde la va a guardar.

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