Opinión

A vueltas con las banderas

Como se informó, en las vísperas de las elecciones autonómicas catalanas se vivió un nuevo incidente relacionado con el uso de la bandera, y en concreto fue en el mismo balcón del Ayuntamiento de Barcelona, coincidiendo con la fiesta mayor de la ciudad. 
El responsable del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, colgaba una senyera estelada encima del damasco. Al verlo, su homólogo en el PP, Alberto Fernández Díaz, hacía lo propio con una bandera española. Todo discurrió durante unos segundos y la escena se desarrollaba en medio de un gran abucheo, sobre todo mientras el representante popular sostenía su bandera. El incidente terminó cuando el primer teniente de alcalde pidió a ambos que retiraran las banderas. Las imágenes reproducidas en los medios dan cuenta de este forcejeo de enseñas producido a apenas un metro del presidente de la Generalitat, Artur Mas, que cada año acude al balcón para ver el comienzo de la fiesta castellera. 


La alcaldesa, Ada Colau, lamentó el uso partidista de un espacio como el balcón, que representa, dijo, "la pluralidad de la institución". El problema es que en bastantes ayuntamientos catalanes, como también sucede en el País Vasco, la bandera de España no aparece colgada en su fachada, como se establece obligatoriamente por la Ley 39/81 de 28 de octubre y a pesar de que las delegaciones del Gobierno reiteradamente les recuerdan esta obligación, e incluso en algunos casos por sentencia de los estamentos judiciales, la situación no cambia y ondea cualquier enseña, menos la que debe, que es la del Estado.


Menos mal que, de momento, este incumplimiento de la ley en cuanto al uso de la bandera no se produce en Galicia ni en Ourense. Los dirigentes de las instituciones tienen la obligación de observar las normas y acatar las leyes, por muchos inventos que se les ocurran.

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