Opinión

Equilibrio

Arrancó la Liga para el COB el pasado fin de semana y lo hizo de la mejor de las maneras, con una victoria con la que iniciar el curso, dosis conjugadas de equilibrio y buena actitud, que ya es mucho para el primer día en el destierro con el que ha tocado y tocará bregar este año a los ourensanos. Será, de nada sirve engañarse, un camino no tan arbolado como el que se le presentaba al equipo ahora en manos de Rubén Domínguez en su estreno el domingo; habrá, seguro, zonas de sombra y descanso, otras en las que la senda se presentará torcida y seguro otras en las que verse forzado a apretar paso y cerrar filas para completar camino. Una Liga real, sin alardes ni demasiados espectáculos de galería para un equipo, el propio, aun completamente renovado en nombres, esquema y filosofía, y en el que una vez más -y ya van algunos ejemplos de eso en los últimos años- sus aficionados superaron la prueba con buena nota-.

Ni el rival -el Lan Mobel vasco-, ni el momento -primera jornada después de una pretemporada incierta tras un descenso y un polémico final de ciclo- dirán demasiado en unos meses de lo que la Leb Plata irá marcando desde este mismo viernes, pero los ourensanos se presentaron en el Pazo sin fisuras, al menos no demasiadas, y pese a pecar por fases en un dejarse llevar salvado con ganas y la actitud que se presumía desde los primeros pasos en la confección de la plantilla.

Del final de la temporada pasada, y más de una campaña horrible, tensa, incierta y con castigo tan duro como la propia competición regaló al cierre, queda una lección de humildad de la que el COB debe aprender. Tiempo tiene para demostrar que regresa con los deberes hechos en la intención de hacer de la nueva etapa una travesía lo más corta posible. El primer paso, el previsible, lo daba el grupo el domingo.

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