Opinión

Valente, ¿y por qué no?

Magia en las palabras, seriedad en el gesto, claridad en el mensaje. Verbo directo, sutil y cercano, roto por la ausencia, melancolía y dolor; enigmático e irónico primero, éticamente transgresor después, capaz de huir de contemporaneidad y clases para afrontar el verdadero sentido de la soledad más absoluta; intimista y audaz en sus versos, femenino y personal desde la masculinidad, intuitivo y sujeto a cientos de contradicciones. Llega a mis manos, envuelta en blanca dulzura, una primera edición de las 'Variaciones sobre el pájaro y la red' (1919) del ourensano José Ángel Valente, y con ella la necesidad de poner en palabras homenaje de admiración a uno de aquellos incomprendidos entusiastas de la justificación poética en sí misma, atormentado valedor del origen primero de sus letras, ruptura silenciada y ausente, mística valiente y descreída -'palabras del límite, del borde o la inminencia'-, el Valente más real.

Ingenioso, en ocasiones ingenuo y honesto, la recopilación de textos y palabras que nos lega Valente en sus Variaciones y que ahora descubro recoge la mística profunda que caracterizó al ourensano como ensayista. Del Valente intimista y sutil y a seis días del que sería su 81 cumpleaños (nacía en Ourense un 25 de abril de 1929), queda la emoción estética, canto en flor de la ausencia misma, conocimiento y certezas, explosión interior, alma y sentidos, maestría en el manejo del silencio, palabras levemente sugeridas dejando que el lector interactúe en cada verso. Del Valente último (su póstuma 'Cima del canto' está fechada a un mes de su fallecimiento el 18 de julio de 2000) queda la desgarradora y visional entrega de su 'Proyecto de epitafio' ('Fragmentos de un libro futuro', 2000): 'De ti no quedan más/ que estos fragmentos rotos/Que alguien los recoja con amor, te deseo... '.

¿Y por qué Valente hoy?... ¿y por qué no?

Te puede interesar