Opinión

Pancho Villa's Armed Forces

PANCHO VILLA'S ARMED FORCES

Si un piloto civil practicando maniobras acrobáticas a la salida de un looping se hubiese estampado contra el mar, sería culpable de algo. Seguro. La prensa: “No respetó las altitudes mínimas”, “Volaba sobre una zona de playas muy concurrida”,  “No había efectuado el correspondiente curso de refresco tras un periodo de inactividad”. Y así. Y los políticos, y el Ministerio de Transportes, y las grilleras televisivas: “Prohibiremos”,  “Suspenderemos” “Exceso de confianza”. Etcétera.        

Pero tratándose  de argonautas militares las tornas cambian. La prensa,  los políticos y los adláteres encuentran visos de heroicidad en cualquier hecho aciago, aunque se trate de un mero entrenamiento, y les aplauden hasta las ganas de mear cuando, tras el siniestro, las autoridades castrenses dan las preceptivas evasivas. Ases. 

El pasado 26 de agosto, un caza C-101 del Ejército del Aire se estrelló en la manga del Mar Menor, falleciendo en el acto su piloto. Dicen que era uno de los mejores pilotos de la “Patrulla Águila”, dicen que su especialidad era realizar evoluciones y maniobras imposibles, dicen que era su primer vuelo de familiarización tras el asueto estival. A saber. Y es que desde el propio Ministerio de Defensa no cesaron de decir paridas: Primero que el piloto había conseguido eyectarse; después que se estaba procediendo a su rescate; más tarde que no aparecía; y al final ya con los restos humanos en la orilla: “A falta de confirmación de la autoridad forense, todo hace indicar que el piloto ha fallecido”. 

Para acelerar las labores de rescate del avión entró en escena el cazaminas Turia. Llegó, no vio y encalló. Un fiasco. Un boquete de 10 metros en el casco, una tromba de agua en la sentina y hala, a rescatar a los rescatadores. Y a intentar salvar in extremis la obra muerta. Una empresa privada tuvo que poner orden en el zafarrancho, reflotar la maltrecha obra viva y remolcarla hasta las instalaciones de Navantia. 

Apenas transcurridas tres semanas (17 de septiembre),  otra aeronave militar en el mismo lugar, y en circunstancias parecidas (instrucción), impacta contra el agua pereciendo también sus ocupantes. Total: dos aeronaves, un barco cazaminas, y lo peor: la lamentable pérdida de tres vidas humanas. Y ello en tiempos de paz. Con fuerzas armadas así no hacen falta enemigos. Lo dicho: “Pancho Villa’s Armed Forces”, como titulé este artículo; aunque barrunto que el ejército de Pancho Villa estaba mejor organizado.  

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