Opinión

¿Quien como Dios?

Miguel, del hebreo Mi-ka-el: “mi” (quién), “ka” (como) “él” (Dios). Ángel, el arcángel que venció al demonio: a ETA. Blanco, de blanco, de diana, de objetivo; la mezcla de todos los colores; nieve, leche, sal, luz, bondad, pureza. Garrido, de hermoso, de gallardo, de lozano; “Garridos hijos llevas”, le dijo Alfonso XI a un caballero llamado Dios y Ayuda tras la batalla del Salado, refiriéndose a la valentía de sus hijos…

Fue una tarde de verano, cuando España enmudeció. Hasta los bosques callaron. Veinte años es mucho, pero todavía resuena en las mentes de los hombres y mujeres bien paridos un eco de mea culpa: murió por redimirnos, como los dioses útiles; ni siquiera lo supieron matar, agonizó durante horas; condenado a muerte sin derecho a la última cena, aterrado por la incertidumbre de tener que beber un cáliz que no era el suyo, dos balas en la nuca con un arma calibre 22 “para no hacer ruido” no fueron suficientes para acabar con su vida: ¡Miguel Ángel Blanco Garrido vivirá eternamente!

Txapote, su verdugo, el del tiro a quema sien, el de los ojos de hurón; y Amaia su barragana, la de los ojos de comadreja, se cocinan al odio lento en la cárcel de Huelva, mientras engendran hijos de la ira (ya llevan dos) en un sangriento aquelarre venéreo de sicópatas (vis a vis al que tiene derecho según la ley penitenciaria, a pesar de no reconocer el Estado opresor que les juzgó). Sin pistolas son patéticos.

Ermua, Eibar, ciudades casi gallegas; Xunqueira de Espadañedo, de donde son oriundos los padres de Miguel Ángel; Vigo, que debatirá una moción para que la futura plaza ante el Xeral lleve su nombre; Ourense, España entera, conmemora su sacrificio. Luego están los que hacen política con el dolor de las víctimas (PP vade retro: apártate de los primeros puestos en los homenajes in memoriam; acuérdate de cómo pretendían los Aznares cargar a los etarras los muertos en Atocha de Al Qaeda). Están también los que sí pero con matices. Y los que callan como ratas (Las rameras gritaban como locas: ETA, suéltalo). 

Está Carmena, la alcaldesa de Madrid, la abuelita leguleya, la que hace el trenecito y menea el esqueleto en la fiesta del orgullo LGTBI; la que cuelga en la fachada del ayuntamiento “refugess welcome”; la que después escatima desplegar una pancarta en recuerdo de un hombre bueno, de un concejal que dio la cara y al que mataron por la espalda. Están los de Podemos, piltrafas que caminan a pesar de su reciente nacimiento; está la hediondez de los 140 caracteres; los politólogos sin historia, sin mártires, sin argumentos; los gudaris de lengua viperina. Y está Echenique, del euskera "etxenikez", cosa pequeña, quiero decir casa pequeña, digo, engendro sobre ruedas: “son cosas que tienen que decidir los ayuntamientos”, se escaquea. La mental, es la peor las discapacidades. 

No tienen perdón de Cristo: “el que no está conmigo está contra mí”, lo dijo él. Sepulcros morados, escribas de twits horrendos, Pilatos de mentes sucias, lo digo yo. Asesinos no sé –aunque el que calla otorga- pero cobardes sí lo son, igual que los que apuntan a las nucas y ejecutan a inocentes maniatados. 

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