Hay cargos o puestos que otorgan una capacidad que va más allá de las competencias o cometidos asignados. El de presidente de la Diputación, por ejemplo, permite a su titular adquirir conocimientos sin proponérselo. Baltar sabe, sin salir del despacho, que si durante todo el año no tiene noticias del sector patatero, significa que la cotización del tubérculo va alta o muy alta; por el contrario, en cuanto les escuche pronunciar su nombre concluirá que el mercado está barato.
Es una dinámica que parece haber devenido en hábito: con precios caros, el negocio para el que lo trabaja; con dificultades, que las enjugue la Diputación. La estrategia podría valer si no fuera porque crea agravios difíciles de explicar. ¿Por qué no generan derecho a subvención los vendedores de paraguas en año de sequía; los comerciantes que se quedan con la mercancía de temporada en las estanterías por temperaturas inadecuadas o los viticultores afectados por las heladas?
