Opinión

Hispanidad

Es un hecho que el mismo acontecimiento puede tener significado distinto, según quien lo califique o desde el punto de vista que se mire. La fiesta del 12 de octubre, por ejemplo, que conmemora la llegada de Cristóbal Colón a América y, por tanto, el descubrimiento del nuevo continente -entonces-. Aunque la fecha ha quedado en el calendario a ambos lados del Atlántico por su incidencia en el devenir histórico, la repercusión es distinta de un lado u otro.


En España, que fue la que impulsó la idea de la Fiesta de la Raza hace -en algunas épocas se llamó Día de la Hispanidad- casi un siglo, es fiesta oficial, con recepción de la máxima solemnidad por parte de la más alta magistratura del Estado. La cosa cambia en el ámbito y ciudadano, donde se mezcla con el día del Pilar. De cualquier forma, con escaso fervor patriótico y escaso entusiasmo por la efeméride.


Distinto sucede en América de Norte a Sur, donde se suceden los actos de todo tipo en torno a esta fecha. No se queda ahí la cosa, sino que los países que cuentan con colonia española representativa confeccionan su propio programa de exaltación de la fiesta, con el apoyo -sobre todo económico- de las Embajadas de España, que cede la organización de los colectivos bajo los que se agrupan quienes un día dejaron su patria chica en busca de un futuro mejor -ya quedan pocos y son muy mayores-, o sus descendientes.


El caso es que entre la colectividad emigrante se trata de una fiesta revestida de gran boato, cuyo objetivo principal no es tanto recordar la gesta de Colón, sino una reafirmación de la propia españolidad de los emigrantes, a pesar de que la mayoría ha vivido en los países de acogida las dos terceras partes de su existencia o incluso las tres cuartas partes e incluso más.


Los actos comienzan ya hoy mismo y se irán sucediendo a lo largo de la semana próxima, aunque serán el viernes, sábado y domingo los que concentren la mayor parte de las iniciativas. En Argentina, por ejemplo, la organización corre a cargo de la Federación de Sociedades Españolas, a la que están adheridas en torno a 120 colectivos de españoles, agrupados en su mayoría por la fórmula más simple, que es el ámbito geográfico. Pero también los hay que atienden a otras condiciones. Curiosamente, de muchas de ellas apenas existe constancia de que mantengan activo más que el nombre, si bien resulta milagroso que alguien se sienta con fuerza para mantener viva la llama de lo que un día fueron flamantes centros de hispanidad -de galleguidad, la mayoría-, transcurridos tantos años de haber abandonado el lugar de nacimiento.


Buena parte de ellos tienen conjuntos de cante y baile folklórico que actúan en las fiestas de la colectividad o, como en este caso, en una que aglutina a todos. Por ejemplo, hoy se celebra el 53 aniversario de la creación del Club Social, Cultural y Deportivo Español de Buenos Aires, con la ‘actuación de conjuntos de música y danzas de entidades federadas’ según reza en el programa. También habrá competiciones deportivas, que incluyen ‘bolos celta, brisca, burako, fútbol 5, mus, paddle, pelota a paleta, tejo y truco’.


El viernes, día 9, está previsto el Festival artístico y elección de la reina de la colectividad española, que tendrá lugar en el Teatro Avenida de la capital porteña, en tanto que el domingo 11, habrá ofrendas florales en el monumento a España y en el dedicado a Colón, así como ante el dedicado al general José de San Martín, que contará con honores militares.


Luego vendrá la fiesta grande en el campo Galicia, en Olivos, propiedad del Centro Galicia de Buenos Aires, que es hoy la entidad más pujante de la emigración en Argentina. Allí tendrán misa en honor a la Virgen del Pilar, patrona de España, resaltan, entrega de premios a los ganadores de los certámenes deportivos.


Ya resulta sorprendente, en este caso, que transcurrido más de medio siglo desde que llegasen allí los últimos emigrantes, continúe manteniéndose encendida la llama del paisanaje y de la añoranza por la tierra en la que vieron la luz ellos o sus antepasados, pues muchos de los participantes en las actividades son ya segunda o tercera generación, nacidos y criados muy lejos de España.


Los colectivos llegan a ser sorprendentes, por el reducido ámbito al que responden, lo que da idea de la ingente cantidad de gallegos que acabaron en Argentina. Véase sólo una pequeña muestra: ‘Asociación benéfica y cultural del partido de Corcubión’, ‘Agrupación Celta pro Centro Gallego’, ‘Vecinos de Ponteareas en Buenos Aires’, ‘Mujeres hispanistas’, ‘Hijos del ayuntamiento de Boiro’, ‘Hijos de Zas’ ‘Artistas hispanoamericanos’, ‘Mujeres españolas de La Plata’, ‘Asociación española San Martín y 3 de febrero’, ‘Asociación gallega de jubilados y pensionados’, ‘Hispanoargentina de profesionales’, ‘Juventud Viana, Trives y Valdeorras’, ‘Patriótica y Cultural Española’, ‘Asociación de la prensa española en Argentina’, ‘Santa Comba de Xallas’, ‘Unión residentes de Fragas en Buenos Aires’ o ‘Unión de residentes del ayuntamiento de Carbia, hoy Villa de Cruces’... y así hasta donde se quiera.



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