Opinión

Profesionales de la solidaridad

Resulta grato comprobar que hay personas y colectivos que aunque durante meses no se las escuche, continúan trabajando en silencio, cual hormiguitas, poniendo su grano de arena en pos de la felicidad ajena. Hablamos, concretamente, de la asociación Primero de Mayo, que preside el doctor Garrido Valenzuela, profesional de la solidaridad, y a quien acompañan otros profesionales de la filantropía, como Julio Rivera, con densa y brillante hoja de servicios en la ayuda a los demás.

Recordamos los inicios de la entrega tan desinteresada como esforzada de este cirujano pediátrico, incansable de un lado a otro explicando su labor para recabar ayuda destinada a curar y mejorar la situación de niños desfavorecidos en el altiplano de Bolivia. Uno de los primeros apoyos de aquellos tiempos fue, sin duda, el recordado Aurelio Grande, que seguro no hacía la mejor aportación económica, pero probablemente era de los que más ánimo infundía a Manuel Garrido y de los que más campaña hacía en favor de su causa.

Aquel trabajo prendió y fue creciendo en todos los ámbitos hasta alumbrar la asociación Primero deMayo, que canaliza ahora las ayudas y las actividades. La profesionalización, en el sentido más sano del término, hizo crecer y ampliar los objetivos. Curar niños sigue siendo el norte, pero hay establecidas otras metas, como la formación, conscientes de que la miseria sólo se combate desde el conocimiento. Todo es posible con la implicación sin reservas de mucha gente, pero ello no puede hacer olvidar, ni siquiera eclipsar al verdadero artífice de esta magna obra. El trabajo del doctor Garrido ha sido hercúleo, por la labor desarrollada en Bolivia y por la enseñanza generada aquí a base de lecciones continuas de altruismo.

Te puede interesar