Opinión

#WALKINGWERT

Fue el hastag que se convirtió en uno de los más usados por los tuiteros españoles el pasado jueves, día en el que el Congreso de los Diputados aprobó el proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). El televisivo hastag #WalkingWert, crítico con el ministro de Educación y sus intenciones, es el exponente que mejor ilustra la sensación de miles de estudiantes, docentes, padres, madres y ciudadanía en su conjunto. Esta ley nace muerta. Tiene los días contados. Los principales partidos de la oposición (PSOE, Izquierda Plural, CiU, PNV, UPyD, Esquerra Republicana de Cataluña, Amaiur, BNG, Compromis, Coalición Canaria y Geroa Bai) han llegado a un acuerdo para que se derogue tan pronto como el PP pierda esta mayoría absoluta que cada día ejerce como una mina antipersona.


¿Por qué nace muerta la LOMCE? Es la primera ley educativa de nuestra democracia que sale adelante sin más apoyo que el del partido que apoya al Gobierno. El consenso es total, pero en contra. Es un hito social que la comunidad educativa al completo, las asociaciones y confederaciones de padres, madres y alumnos, los sindicatos y los expertos más reconocidos de nuestro país hayan puesto un suspenso rotundo al texto.



Es clasista. El alumnado de familias con menos poder adquisitivo tendrá muy complicado llegar a la universidad. Es curioso que el antiministro de Educación haya dicho que pretende desterrar el fracaso escolar cuando lo que se conseguirá expulsar del sistema educativo es a los alumnos y alumnas que fracasan: sin más oportunidades, abocándolos a la exclusión educativa por unas barreras económicas que provocarán que la educación de calidad sea para los que puedan pagársela. La apuesta de Wert por el darwinismo social nos retrotrae a la España de la revalida, de la segregación por sexos y de la selección social de alumnos por razones que tendrán más que ver con la chequera de sus familias que con sus capacidades, esfuerzos y méritos.


Rajoy y su equipo han puesto la puntilla a un despropósito educativo que ha llevado a recortar el presupuesto en más de 5.200 millones de euros en 2 años. Que ha recortado docentes. Hoy hay en España 30.000 profesores y profesoras menos de los que había cuando el PP llegó al Gobierno. Que ha recortado las becas: un 14% menos de presupuesto en becas para este curso del que dejó el PSOE en el año 2011.


Pero no todo han sido recortes. Rajoy ha subido el IVA sobre el material escolar que, desde el curso pasado, es cinco veces mayor: se lo encontró en el 4% y lo subió al 21%. Seguimos. También ha subido los requisitos para obtener una beca. En tiempos de crisis, sin un 6,5 de nota no habrá ni un céntimo para miles de estudiantes aunque en su familia no haya recursos ni trabajo.



La educación ha dejado de ser un derecho y un servicio público. Pasa a ser un privilegio. Nunca un gobierno se ha atrevido a tanto en tan poco tiempo y con tan pocos apoyos. Bueno, sí: el apoyo, como dice Rajoy, de esa mayoría silenciosa que con sus brazos caídos legitima cada despropósito de este Gobierno. Por eso creo que la respuesta ha de ser la movilización, la indignación, la palabra dura y el castigo social y electoral a una pandilla legitimada con los votos pero no con la razón. La marea verde debemos ser todos y todas. Las madres y padres que fueron, son y serán. Los docentes que han sido, los que hoy ejercen o los que sueñan con serlo. El alumnado, jóvenes de la ESO, del bachillerato o de la universidad. Jóvenes que han dejado sus estudios por que se han tenido que poner a trabajar o que simplemente han perdido su beca. Jóvenes que siguen estudiando y que sufren cada día el deterioro de la educación en este país.


Sin educación no hay futuro, no hay recuperación, no hay salida. Solo pobreza económica, intelectual y moral.









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