Opinión

Menchu Pérez Fernández

Carduelis atrata es un ave de la familia de las chaiñitas “estrongistas”, una especie de jilguero hembra que suelen observarse sobre los cables eléctricos y en los árboles de las pequeñas ciudades. Se mueven en áreas periurbanas, buscando las pequeñas hierbas a las que arrancan sus granos y también en las pocas áreas verdes y terrenos baldíos donde la Catamenia analis es el piquito de oro por la alegría de sus trinos con los que anuncian enfáticamente la época primaveral.

María del Carmen Pérez Fernández Menchu nació, creció y vive en Ourense, y como la Catamenia, con un piquito de oro, y su hermosa voz ha hecho de la música el segundo gran amor de su vida.

Pero esto a Menchu le vino de herencia. Su tío-abuelo Antonio Fernández Bordas fue un gran musicólogo y director del Conservatorio de Madrid; su bisabuelo,  director de la Polifónica de Tarragona, y además su madre cantaba de vicio. Entenderemos por que Menchu estaba “genéticamente” destinada a ser la voz del Ourense de aquellos años 60 en aquel colegio de monjas de Santo Domingo, donde las “Sor Sabinas” organizaban todo tipo de galas infanto-juveniles en los certámenes religioso-escolares y en aquellos festivales benéficos en el Xesteira y Losada, tan propios de una pequeña ciudad en la que todo lo local trascendía muy rápidamente.

Mas adelante, a Menchu (ya una mocita de muy buen ver) tres jóvenes entusiastas de la canción le propusieron formar un pequeño grupo para reunirse y cantar, simplemente por el hecho de interpretar y sentir aquellas tiernas y románticas melodías de la década. Surgieron Voces Meigas: Luis María, un santiagués trasladado a Ourense que tocaba muy bien la guitarra; Lito Fernández, un joven que luego fue un popular y exitoso empresario local, y Moncho González Fariñas, otro fenómeno que trasmitió a los suyos -Conchita (su esposa), su hija Montse y a su sobrino Alberto- esa impronta musical que solo los que la sienten saben inculcar.

Allí en el Parque , donde vivía Menchu, y con la formidable ayuda de los históricos Cudeiro, Berto y Adolfo, cimentaron una leyenda que para todos los que vivimos aquellos tiempos fue una hermosa etapa de oro de nuestra ciudad, Auria. María José Torrado (miss nacional) Raúl Rey, Club deportivo Orense, Maté (Villar) y otros muchos fueron nuestros ídolos locales, de los que sus contemporáneos nos sentimos muy orgullosos. Y cuando nuestra autoestima pegó un subidón fue con el Festival del Miño de Manolo Rego (posiblemente el ciudadano que mas dinamizó nuestras fiestas) y que propició con la ayuda de un director general de la SER la participación de Menchu en el festival de Benidorm y su fichaje por Hispavox. 

A mí Menchu, cuando cantaba “Llevan” me recordaba a Concha Velasco en "Las chicas de la Cruz Roja", fresca, lozana y sobre todo con una perenne y franca sonrisa que hacia que todos la sintiéramos muy nuestra. 

Yo no tuve la suerte de tratarla ni de hablar nunca con ella. El otro día me la presentó José Manuel de las Cuevas (su marido). Sentí no poder haber cultivado su amistad, pero mi idolo no me defraudó: está igual de guapa, aparentemente ingenua, es en la cercanía muy reflexiva y emotiva. Cuando le pregunté por qué no había continuado lo que parecía una brillante carrera, miró a su marido, se cogieron las manos y con un gesto de feliz complicidad se echaron a reír.

"Llevan las aguas,/ llevan los vientos/ dulces palabras,/ mis pensamientos.

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