Los ciudadanos españoles en general, y los gallegos y ourensanos en particular, están asistiendo atónitos al espectáculo de confusión y alarma generado en torno a la denominada operación Pokemon, puesta en marcha por orden de la juez lucense Pilar de Lara. Se están publicando ríos de tinta, unas veces guiados por los cauces del más estricto rigor informativo, pero en otras conducidos de manera osada, irresponsable y perversa, con el claro objetivo de, enredar el caso, mezclar imputados e imputaciones, en una suerte de totum revolutum, que no persigue descifrar lo ocurrido sino culminar con éxito una misión predeterminada, en un momento determinado.
Es curioso que sea precisamente ahora cuando se esté hablando de las adjudicaciones en la ciudad de Ourense al grupo Vendex, una empresa que comenzó su relación con el Concello, siendo alcalde el popular Manuel Cabezas, cuyo grupo dejó el gobierno municipal hace más de cinco años. Es curioso que sea ahora, pero no por sorprendente hay que dejar de dar la bienvenida a la Justicia. Pero ya que hablamos de curiosidades, la ocasión la pintan calva para preguntarse, una vez más, cómo es posible que habiendo nueve sentencias anulatorias del Plan de Ordenación Urbana promovido por el mismo regidor en 2003, con pérdidas incalculables para la mayoría de los ourensanos y beneficios urbanísticos de oro para unos pocos, ninguna autoridad judicial haya movido un dedo para esclarecer los entresijos de aquella iniciativa.
La misma perplejidad produce en la opinión pública que dos medios de comunicación, uno gallego y el otro madrileño, célebres por su sintonía con el actual presidente de la Xunta, publiquen información de tan alto riesgo y cercanía a un sumario que la juez ha declarado secreto. No parece haber secreto para ellos, a la vista del conocimiento que tienen de las actuaciones y motivaciones de la investigación. O lo saben o lo inventan. No se sabe qué es peor. Hace unos días, el medio madrileño aludido publicó durante un tiempo en su página web la noticia de la detención del jefe de la Policía Local de Ourense, días antes de que se produjese, hasta que alguien les hizo ver el patinazo. Se habían pasado de adelantados. ¿Sagacidad, intuición, capacidad adivinatoria o acceso a datos sólo conocidos por la juez y su equipo?
Podemos conceder a la casualidad que la operación judicial salte a la luz pública en plena precampaña electoral; digamos que es coincidencia que los dos periódicos citados fuesen precisamente los que más se significaron por el trabajo sucio en favor de Feijóo realizado hace cuatro años en la campaña de las anteriores autonómicas; pongamos que es furto del azar que el epicentro de este terremoto es Ourense, una plaza harto complicada para el PP el próximo 21 de octubre. Ufff? Si Shakespeare hizo decir a Hamlet que algo olía a podrido en Dinamarca cuando nacía el siglo XVII, ¿qué diría hoy aquí?
