Opinión

¿...Pero aún quiere más millones?

Algo estará pasando, otra vez, en la otrora tan poderosa La Voz de Galicia cuando ha decidido cocear día sí, día también, el costillar de esta casa. El periódico coruñés, siempre diligente a la hora de reclamar prestaciones sanitarias oficiales cada vez que estornudaba su editor (incluso por vía aérea como acaso no se sabe, que se sabrá), viene agitando un árbol de cuyas nueces es el mayor, desvergonzado e impune recaudador. Se ve que los datos no le van muy bien, al menos en lo que a Ourense se refiere. Y no sólo.


Vamos a ver, don Santiago. En su actual cruzada contra La Región por una operación financiera puntual, rápida y debidamente aclarada por el Consejo de Administración de esta empresa, maneja usted argumentos con tanta familiaridad que se podría entender que proceden de la experiencia y la trayectoria, sobre todo de la última, del periódico que preside.


Si se sabrá de para qué están las Administraciones Públicas en su relación con los medios informativos, como decía el presidente de la Xunta en una intervención pública, que por dar (de momento) tan sólo un dato, La Voz de Galicia quintuplica las ayudas de esas administraciones sobre el siguiente medio que la escolta en Galicia. Es decir, don Santiago, si al segundo medio que más gabelas le dan, seguro que legalmente, le conceden una moneda de un euro, al suyo, de usted, le entregan un billete de cinco. Eso sólo para empezar. Y digo para empezar porque profundizando en la dimensión empresarial del entramado social de La Voz de Galicia, que es, como usted mejor que nadie sabe, bastante más que el periódico mártir que usted edita entre tanto ‘torpedeo político’ y entre tanta ‘competencia empresarial’, podríamos asistir a la multiplicación de los panes y de los peces, emperifollada, además, con reconocimientos oficiales al maltratado editor coruñés que van desde dar nombre a una calle, recibir una condecoración o ser nominado hijo predilecto. ¡Qué sádico maltrato! Pero, vanidades aparte, y las suyas son sobradamente conocidas dentro y fuera del ámbito empresarial gallego, ¿cuál es su problema de ahora mismo? Pues podría ser que los millones de euros que ha venido y viene facturando a la televisión pública (con esos gobiernos autonómicos que tanto le maltratan y tan equivocadamente le consideran) no son suficientes para sus propias apetencias. O que la empresa Sondaxe, ese perfecto calcetín que tanto sirve por el interior como el exterior y que arrima buenas ascuas a sus propias sardinas no da todo lo que sin el menor ánimo de lucro (¡ja!) puede dar. O que, vayamos a saber, hay que ampliar el famoso museo que de algún peto oficial habrá salido, acaso del mismo que financió la espectacular renovación tecnológica de La Voz. Ya que tanto hablamos de dinero, ¿cuántos millones de euros más quiere que le faciliten esos poderes públicos que con tanta tacañería le financian ocurrencias o le prohijan empresas? ¿Más concesiones de radio y televisión digital? ¿Nuevos con tratos con organismos oficiales? ¿Nuevas publicaciones de diarios oficiales? ¿Más servicios de asistencia a la Xunta, a las diputaciones y a los ayuntamientos?


Llegados a este punto, a uno se le ocurre una propuesta que usted, desde su transparencia inmaculada, debería considerar oportuna y esclarecedora: que se lleve a cabo una auditoría independiente y de total garantía sobre las respectivas vinculaciones de los medios de comunicación de Galicia con las Administraciones Públicas a todos los niveles. Usted mueve, don Santiago.

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