Tengo para mí, que diría el clásico, que al ex alcalde don Manuel no se le levanta ni la cabeza del apellido. Porque, vamos a ver, ¿hay tramposos cefalópodos políticos o no los hay, Carmiña? E non me dijas que no no sabes, Carmiña, carallo, que che andamos sempre nas mirmas cantroversias. Y va Carmiña, que no quiere líos, y tira para la peluquería a que le hagan un apaño para la cena del pepedejá, que viene la Navidás y, hablando de cefalópodos, hay pulpo de primero.
Al ex alcalde, don Manuel, le vienen dando los tribunales (a los que recurre con singular habilidad como demuestran sucesivas sentencias en su contra) más afectuosas cachetadas que coups de lapin, simpático invento francés para despenar prolíficos roedores, sin que, naturalmente, una historia tenga nada que ver con la otra.
Ya se sabe que roendo, roe que roe, nunha mañán de muiñada.
Al ex alcalde don Manuel, que pretendía embolsarse 250.000 euriños a golpe de demanda, le ha dicho la Justicia que se atenga a las reglas del juego democrático: quien se presenta a unas elecciones políticas está sujeto a que desde los medios informativos se contribuya a la formación de una opinión pública libre. Y en estas te andamos, Jaimiño a mi pesar. El caso es que el enriquecimiento de un servidor público es de interés público. Y ahí le duele. ¿Se acuerdan ustedes? Pero, vamos a ver, ¿se acuerdan ustedes de la mansión aletrónica? ¿Aquella de Piñor de Cea en que metías media docena de perdices en una bandeja de horno, le dabas al cuatro (hechas) o al cinco (muy hechas) y te salían hasta flambeadas con Carlos III? ¡Carallo, con la mansión! Pues, bueno, ¿y el pepedejá? ¿Le ha pedido alguna explicación al bueno de don Manuel? Porque, claro, dice uno, si va don Manuel y pone pleito tras pleito contra este periódico y pierde pleito tras pleito contra este mismo periódico, oiga, aquí algo no funciona.
Aquí, Carmiña, lo único que está como nunca es el puente japonés del lago de los cisnes que está en medio de la residencia de don Manuel.
El otro don Manuel, al que sí le cabe un municipio en la cabeza.
