Opinión

GOBIERNO, DESINFORMACIÓN Y DESEQUILIBRIO

Todavía hay quien se consuela pensando que esta crisis servirá al menos para cambiar los modelos ineficientes. Pasa el tiempo, arrecia la crisis y vemos que no existe tal consuelo, porque estos políticos que nos gobiernan atenazados por la incapacidad, la duda y la cobardía a la hora de afrontar el proceso de cambio, se limitan a reforzar los esquemas fallidos, a profundizar en los errores históricos y persistir en el agravio a los ciudadanos. Ya sólo el modo de comunicar de las administraciones que debieran conducirnos al final del túnel es el ejemplo más palpable de su torpe y caprichosa gestión.


El Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) y el Ministerio de Economía han puesto en marcha una campaña informativa con el pretendido objetivo de difundir la apertura de líneas de crédito para pequeñas y medianas empresas. 'Después del saneamiento de nuestro sistema financiero (?), ha llegado el momento de que con este nuevo estímulo, usted consiga el crédito que necesita. Ha llegado el momento de abrir el grifo del crédito para que fluya'. Como ve, esa información se dirige, supuestamente, sólo supuestamente, a usted, aunque lo más probable es que usted ni se haya enterado.


Al fin, pensarían quienes lean esto, el Gobierno da el paso que todo el mundo está reclamando desde hace meses o incluso años, hacer que el crédito fluya hacia las empresas solventes pero en apuros por falta de financiación, aunque tratándose del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy, el lector se pone inmediatamente a la defensiva, cansado como está de que él y su Ejecutivo anuncien una cosa y ocurra exactamente lo contrario. Sobran ejemplos y este es uno más. FROB y Ministerio de Economía, dos organismos públicos que debieran ser modélicos en la gestión económica y vitales en el rescate de la maltrecha empresa española, suscriben y pagan con dinero público en abundancia una campaña informativa que excluye a la mayoría de los gallegos y, ¿cómo no?, a los gallegos de los territorios que más necesitados están de los estímulos económicos que se anuncian.


FROB y Ministerio de Economía han entregado irresponsablemente el dinero público y la estrategia informativa a una empresa privada para que ésta la distribuya a su criterio, y ese criterio se ciñe al más puro rendimiento mercantilista para quien hace el reparto, prescindiendo de todo aquello que daría sentido y utilidad a la acción informativa, es decir el servicio social y económico al ciudadano y la pequeña empresa. En el caso de Galicia, la campaña pagada con dinero público se ha convertido en una inadmisible discriminación del territorio interior y del sur, en beneficio de una sola provincia, A Coruña, históricamente privilegiada en el reparto de las inversiones. Eso se hace con la bendición del ministerio que dirige Luis de Guindos, cuando debería ser el garante de la igualdad de oportunidades entre territorios y personas.


Todo esto ha derivado en una acción disparatada y sangrante, de suerte que cuando el Gobierno estima que ha llegado el momento de introducir estímulos en las economías locales y en las pequeñas y medianas empresas, oscurece la difusión de un importante mensaje, operando de forma ineficiente, desde el desconocimiento más absoluto de la realidad informativa de este país y de las necesidades de los territorios y de sus habitantes, en un ejercicio de irresponsabilidad intolerable. Es la expresión de una gestión caprichosa y disparatada, convertida ya en seña de identidad del Gobierno a lo largo del año y medio transcurrido desde que asumió el poder. Sacrifica el principio sagrado del equilibrio y la igualdad de oportunidades y abona la marginación de sectores empresariales sobre los que descansa la mayor parte de la economía española. Este, para desgracia y desconsuelo de la ciudadanía, es el modelo que impera.

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