D e los políticos se espera que respondan a la confianza de los votantes que les han colocado en el puesto. Con este compromiso, en las últimas elecciones municipales entró en el Concello de Ourense, con dos ediles, un partido que responde al nombre de Democracia Ourensana. Llegó a la Corporación tras años de campaña y con los votos prestados de unos ciudadanos que creyeron ver ahí una opción ilusionante frente a las formaciones históricas o, en otros casos, que entendieron que era necesario castigar a los partidos mayoritarios. A estos votantes se debe DO. Sin embargo, su líder, Pérez Jácome, anda en otra cosa, pues la primera preocupación que mostró en la Consistorial fue la de qué hay de lo mío. Y lo suyo, como todo el mundo sabe, es un negocio de artículos de música y otro de televisión, en el que se divierte con sus amigos. Tan centrado está en apuntalar su actividad empresarial que la ha puesto, sin disimulo alguno, por encima de los intereses de los ciudadanos a los que promete representar. Así, puede asistir a una sesión plenaria sin conocer el orden del día, que es el catón de la política municipal, porque su preocupación es saber a qué negocio de la competencia compra instrumentos la Escuela Municipal de Música o qué servicios contrata el Concello a grupos o empresas de comunicación profesionales y consolidadas (lo que no es el caso de la suya), mientras él mantiene (en silencio, por supuesto) negocietes sorprendentes, pero perfectamente documentados, con la administración pública.
Del mismo modo, es capaz de lanzar alocadas críticas y considerar dispendios las asignaciones a grupos y ediles, siendo él mismo y su grupo los beneficiarios. O sea, una especie de bombero pirómano que puede, además, moralizar sobre la conducta ajena mientras se ve obligado a responder en el Juzgado por piratear la señal de una plataforma digital y conectarla a su tele privada. Ahora quiere que los juzgados realicen el trabajo que la falta de dedicación le impide desarrollar en el Concello, y tal vez así mejorar su rendimiento comercial. Es una especie de cuadratura política de su círculo empresarial.
