Gracias al fuego amigo, o sea, a El País (domingo, 21 de septiembre), nuestro querido paisano Javier Riera, ex director de PSA y actual vicepresidente de la curiosa Fundación Sociedade do Coñecemento, esa descoñecida (que, contra lo que pudiera parecer, nada tiene que ver con un seminario permanente de filosofía antropológica ni con, por lo que sabemos, una enxebre logia masónica de las de mandil de liño y compás de buxo), nuestro querido paisano Javier Riera, decíamos, ha concedido a el periódico global en español una entrevista de las que enorgullecen a esta tierra plagada de paletos que no estamos todavía preparados para vivir sin subvenciones. Por eso, predicando con el ejemplo, don Javier (Riera) ha conseguido que su buen amigo el conselleiro de Economía de la Xunta de Galicia, don José Ramón Fernández Antonio, le subvencione la jugada; o sea, la suya, de él: Vicepresidente de la Sociedade do Coñecemento. ¡Tócate el níspero, fray Junípero!, que diría el recordado Jaime Campmany.
Como señala el entrevistador, y habrá que creerle, el piloto que hizo de Citroën la planta más productiva del grupo PSA, estuvo amable y riguroso durante la cordial conversación mantenida en su casa de Canido (la del amable y riguroso, no la del entrevistador) y se muestra desafiante hacia quien crea que no se cumplen los objetivos encomendados al frente de uno de lo proyectos más ambiciosos de Pérez Touriño. Si alguien se pone nervioso, me voy, advierte. Con dos. Y es que, como dice Riera, no estamos todavía preparados para vivir sin subvenciones.
Entre los misterios varios que curiosa y paradójicamente rodean a la tal Sociedade do Coñecemento, de la que tanto se desconoce como poco se sabe, uno de ellos, acaso el menor, será que el tal arcano que oculta uno de los proyectos más ambiciosos de Pérez Touriño no sólo siga sobrevolando las Batuecas dos años después de su creación, que no está nada mal como acrobacia aérea, sino que el señor conselleiro de Economía continúe aflojando tela marinera, pasta, o sea, transversalidad económica del bolsillo paisano con destino a un horizonte para el que Galicia no está preparada. Campmany de nuevo: ¡Tócate el níspero, fray... !.
Nuestro querido paisano, don Javier (Riera) si algo tiene claro, además de que no estamos preparados para dejar de chupar del bote, es que como alguien se ponga nervioso ante la falta de resultados apenas dos años después de tirar de la canoa, yo lo dejo. Y allá Pérez Touriño y uno de sus proyectos más ambiciosos. Mueve Touriño. Juegan las negras.
