Opinión

LA RESPONSABILIDAD DE LA XUNTA EN MEISA

Al fin parece que Manzaneda tiene el horizonte despejado, después de que el grupo hotelero gallego Más Costas se hiciese cargo de la gestión, que conlleva la modernización y reequipamiento de la estación de montaña en orden a devolverle la rentabilidad económica y social de otrora, además de su capacidad motora para el desarrollo de la comarca. La operación convierte también al operador turístico en copropietario de la sociedad al adquirir las acciones hasta ahora propiedad de Novagalicia Banco, que a su vez concede un crédito de 3,5 millones destinado a remozar y actualizar las instalaciones. A esta cantidad habrá que añadir otra ligeramente más alta que irá a la ampliación de la oferta deportiva, lúdica y social actuales que, sin duda, incrementarán de forma notable la actividad en el entorno.


Al margen de la confianza en su capacidad operativa, de sobra reconocida en el sector turístico, hay que valorar la decisión de Más Costas, pues asume un considerable esfuerzo económico al hacerse cargo de esta infraestructura. De hecho, entre las posibilidades existentes para reflotar Manzaneda, la Xunta ha optado -como siempre que se trata de Ourense- por la más indolente, valiéndose de la presión a las partes para imponerles compromisos y obligaciones, con los que la institución que preside Núñez Feijóo sale frotándose las manos sin gastar un duro. Es la forma más clara de sacarse un problema propio de encima y endosárselo a terceros, con el único objetivo de ahorrar dos millones de euros, que vienen a coincidir más o menos con los gastados por la misma Xunta en una exposición en el complejo del Gaiás, organizada -para más inri- al modo Feijóo; esto es, encargándosela a empresas foráneas.


Hay que recordar que en otras ocasiones y lugares, como en San Estevo o San Clodio, fueron las administraciones públicas las que recuperaron los respectivos monumentos, invirtiendo seis y cuatro millones de euros, respectivamente, para entregarlos a la gestión privada a través de la mejor oferta. Aquí esa parte se le impone a una empresa, que ha de afrontarla en solitario, evidenciando las distintas varas de medir que utiliza la Xunta y las estrategias para eludir responsabilidades.

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