Opinión

LOS LOGROS DE LA UNIÓN EUROPEA

Terminado el año 2010, queremos dedicar unas líneas a la Unión Europea (UE) y las acciones principales que ha llevado a cabo y que han supuesto, quiérase o no, una diferencia tangible en las vidas de todos y cada uno de nosotros. Desde ayudarnos a ahorrar dinero en las llamadas que hacemos desde el extranjero con nuestros teléfonos móviles, hasta aunar esfuerzos para investigar enfermedades como el Alzheimer, la UE desarrolla políticas y emprende acciones que afectan directamente a la vida de las personas y a su entorno, dentro y fuera de nuestras fronteras. Y, aunque estas actividades sean amplias y diversas, todas ellas comparten un objetivo común: hacer de Europa y del resto del planeta Tierra un lugar mejor.


Hay que reconocer que los gobiernos de la UE, coordinados, desde luego, por la Comisión, estabilizaron el sector bancario tras la quiebra del banco estadounidense de inversiones Lehman Brothers en 2008. No para sacar de apuros a los banqueros, sino para proteger a los ciudadanos, sus ahorros y sus empleos.


El plan de recuperación económica de la UE está inyectando en la economía el 5,5% de nuestro producto interior bruto (PIB) a través de los presupuestos nacionales y europeos. El eje de esta iniciativa es el empleo, las infraestructuras y la eficiencia energética. La UE también ha acelerado el pago de anticipos sobre la financiación de los programas de ayuda regional. De este modo, ha aportado seis mil doscientos cincuenta millones de euros adicionales para impulsar el crecimiento local.


El Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización está ofreciendo nuevas oportunidades a los trabajadores que han perdido su empleo, y que son muchos. En 2009 se han beneficiado de él unos veinte mil trabajadores, pertenecientes a sectores como la automoción, la industria textil o la construcción. La Comisión (gobierno de la UE) ha aprobado solicitudes por valor de sesenta millones de euros.


Los tipos de interés se han recortado hasta niveles nunca vistos en la zona euro. La Comisión ha impuesto reformas radicales, como no podía ser de otra manera, en los mercados financieros con el fin de atajar los comportamientos a todas luces irresponsables, garantizar una adecuada supervisión de las entidades financieras y asegurar el flujo de crédito a las familias y las pequeñas empresas. Es más, la UE ha convencido a sus socios internacionales del G20 para que adopten medidas similares. Y, cuando algunos países de la UE no pertenecientes a la zona euro, en concreto Hungría, Letonia y Rumania, han necesitado ayuda, la Unión Europea ha dado un paso al frente con préstamos por valor de quince mil millones de euros.


Por otro lado. El mercado único es una creación de la UE que debe beneficiar tanto a los ciudadanos como a las empresas. Ahora, por fin, la UE se está asegurando de que los bancos den a sus clientes un trato justo. Cuando parece que las entidades bancarias cobran comisiones excesivas a sus clientes por sus servicios, la UE no duda en investigar y, cuando procede, en exigir un mejor trato a los ciudadanos. Igualmente, cuando la calidad de los servicios es deficiente, la Unión Europea presiona para que mejore. Un estudio de la Comisión Europea sobre los servicios financieros al público detectó deficiencias en el modo en que los bancos y cajas informan y asesoran a sus clientes, incluso a los expertos encargados del informe algunas comisiones les resultan tan confusas que hicieron falta contactos adicionales con determinados bancos para determinar cuánto costaba de verdad una cuenta.


Y, para terminar, manifestar que la legislación europea que ha entrado en vigor en 2009 da derecho a los titulares de tarjetas de crédito a exigir reembolsos completos en caso de que se les cobre de más. Cuando reciban una queja, los bancos deberán responder antes de diez días.

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