Aunque hay fuerzas vivas, especialmente en Andalucía, que quieren reislamizar España, la antigua Al-Andalus, donde ya se aplica la ley islámica en un viejo país cristiano no es aquí, sino en el Reino Unido.
Esta última semana el Colegio de los Abogados y Procuradores británicos de High Street, que en España correspondería al Consejo General de la Abogacía, propuso aceptar los testamentos y otras acciones civiles de la sharia como parte de la legislación británica. Según la “Sharia compliant" las mujeres de familias musulmanas del Reino Unido dejarían de tener los derechos civiles de la ciudadanía común y en las herencias, por ejemplo, pasarían a valer la mitad que los hombres.
Los “infieles” relacionados con musulmanes también perderían sus derechos, incluyendo los niños nacidos de relaciones interreligiosas o interculturales. Más de un centenar de tribunales islámicos trabajan ya en el Reino Unido dirimiendo, con la complicidad tácita de la justicia del país, conflictos entre musulmanes, como los divorcios. Luego resulta que la mujer y sus, generalmente, numerosos hijos quedan desamparados, por lo que el Estado debe sostenerlos y darles vivienda, aunque el padre sea millonario. Por distintos barrios de Londres con amplia población musulmana hay ya patrullas de policía religiosa que van creando pequeños Al Andalus, obedientes a la sharía. En ellos no se puede vestir a la occidental, se recomienda la violación de las mujeres sin velos o minifalderas y se han expulsado las tiendas que vendían vino, cerdo o cualquier producto haram, el no permitido.
La islamización británica está incrementándose aceleradamente: por el rápido aumento de la población musulmana y el envejecimiento y reducción de practicantes de la cristiana, el islam será la religión dominante en una década, señalan los análisis censales. De momento, pues, Al-Andalus, capital: Londres.
