Opinión

Una casta agresiva

La penúltima imagen de un político en un mitin rodeado de guardaespaldas, en la que se expulsaba a numerosos periodistas al grito de “Vendidos”, para retar luego al gobierno a que fuera contra él, fue la del líder de Amanecer Dorado, el neonazi griego Nikos Mijaloliakos, en prisión por la muerte de un rapero de ultraizquierda.

Como las castas extremistas se unen, el ultraizquierdista griego Alexis Tsipras, máximo dirigente de Syriza, se ha coaligado para formar gobierno con el partido antisemita y ultranacionalista ANEL, liderado por Panos Kamenos, bastante cercano a Amanecer Dorado.

Syriza y Alexis Psipras son el gemelo griego de Podemos y del pequeño Pablo Iglesias, que ha adoptado el lema el falangista de que su formación “no es ni de derechas ni de izquierdas”.

Juan Carlos Monedero, líder también de Podemos, imitó este jueves al jefe de Amanecer Dorado en un mitin en Leganés, Madrid. Apareció entre numerosos guardaespaldas, echó a periodistas “enemigos” y, mentón levantado, retó al gobierno a que lo persiguiera por su presunta corrupción con ingresos bolivarianos.

Guardaespaldas. Sólo entre líderes de movimientos aparentemente pacíficos, pero de tendencias violentas si no alcanzan pacíficamente el poder, se ven tantos guardaespaldas como los de Podemos. Incluso los llevan a las televisiones amigas. Fíjese usted en los andares matoniles del pequeño Pablo, con los brazos ligeramente encorvados, pegados a las caderas, como los vaqueros antes de sacar los revólveres.

Domina difícilmente su ira. Cuando se irrita usa lenguaje de combate; sus atípicas clases universitarias se centran en el mensaje político de las series de televisión más sangrientas, en “matar o morir”, en alabanzas a la guillotina.

Para “asaltar el cielo”, hoy, “La Marcha sobre Madrid”, como aquella intimidatoria sobre Roma: como José Antonio, “las urnas son para romperse”.

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